Lo que nació como un escrito para mí propia meditación, se ha convertido en una prueba personal de lo que significa poseer una mentalidad estoica hoy. No desde las palabras, sino desde los hechos. Filosofía de acción no de palabras, este es el primero de los aprendizajes estoicos he estoy viviendo en mis carnes. Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que no me importa si tengo mucho éxito o fracaso demasiado y pierdo más de lo que debería. Ambas cosas son arbitrarias.
2018 fue el mejor año económico de mi carrera profesional, 2019 ha sido quizá el peor desde que en 2010 tenía un euro en el banco. Nada de eso me sorprende o inquieta, porque 2018 y 2019, o 2010, han sido lo que debían ser. No soy mejor, ni soy peor en ninguno de los casos. Solo puedo ser.
He perdido a dos de las personas más importantes de mi vida, Gilberto y mi abuelo Tomás, pero he ganado gente tan increíble como Josef, Oscar, Valentino, Enrico, Aitor, Roberto, Eric, Natasja, Andreina, mi familia y un sinfín de personas más, además de todo lo que vengo cosechando desde que nací en Alcoy… Lo interesante, es que no considero que he ganado ni he perdido. Es justo lo que ha aparecido en el camino, cada obstáculo, cada persona, cada relación, cada interacción, cada adversidad, se ha convertido en el propio camino.

Pasa por encima de «bien » o «mal» – estoicismo moderno
Uno de los aprendizajes estoicos es el siguiente: todos los días, repito, todos los días, ganamos y perdemos, aunque parezca que no dejamos de ser derrotados, o al menos eso es lo que pensamos, pero la realidad es que no ganamos ni perdemos, solo avanzamos en este pasaje finito llamado vida. Aunque, si lo examinamos con detenimiento y nos basamos en vivir, (y siendo algo optimistas), podríamos decir que estamos “partiéndola” cada día, solo con el mero hecho de abrir los ojos. Qué desdicha y qué ironía al mismo tiempo.
Cada vez que la gente me pregunta como estoy, siempre respondo “genial”, algunas veces “bien”. Porque pase lo que pase, siento que todo es de la forma que debe ser, de lo contrario estaría sucediendo de esa forma ¿no crees? Hoy me han preguntado, “¿cómo estás?” Y he respondido “estoicamente bien, en estos días ha muerto mi abuelo, me quedé enganchado de la espalda, he perdido tres grandes clientes, y hace unos días entraron a mi casa a robar” lo provocador (para mí), es que a medida que hablaba solo sentía serenidad y sosiego. No había rabia, ni culpa, ni frustración.
Hacer lo que tienes que hacer: bailar y hacer el bien
Otro de los aprendizajes estoicos: estaba en la playa cuando escribí esto, trabajando, sin ser mejor que estar en una oficina o fábrica (he estado en ambos sitios), solo estoy aquí haciendo lo que he venido a hacer. Mi trabajo. Intentar impactar en las cosas que importan.
Sé que puede y va a pasar de todo, perderemos a nuestros seres queridos, iremos a la bancarrota, nos despedirán, viviremos nuestra mejor juerga, conoceremos a la persona de nuestra vida, nos enamoraremos, nos romperán el corazón, tendremos más, o menos, seremos más populares o menos, la fortuna nos sonreirá más o quizá menos, la vida será más injusta con nosotros o menos. Incluso en un momento dado todo se reducirá a cenizas, quizá dejemos un legado o no. Pasaremos enfermedades u otros las pasarán, soportaremos guerras o paz…
Todo eso y más pasará, sí. Sin embargo, hasta que no nos arrebaten el alma, cada uno de nuestros principios (ojalá los tengas), la autoconsciencia (si te preocupaste por desarrollarla), la autodisciplina (si te comprometiste por trabajarla cada día), la iniciativa (si nadie lo hizo por ti), la rectitud de espíritu y esta mentalidad y actitud imparable que cualquier ser humano puede alcanzar, hasta ese momento nada podrá impedirnos tener el control sobre lo que de verdad importa, uno mismo.
Hasta ese momento todos y cada uno de nosotros deberíamos seguir iterando, luchando y sonriendo como si fuera el mejor momento de nuestras vidas, o el peor, como si la vida nos fuera en ello, porque en realidad así es.
Recuerda esto cada vez que te encuentres en gracia o en desgracia. Y si quieres más, aquí tienes esta breve guía para estoicos.
Atribución imagen: Joe Penner.