Si tratas de ayudar, hacer que algo suceda, crear algo que importe, dar un paso al frente, liderar un movimiento, o sin ir más lejos, aceptar – para después cambiar – la realidad. Si es así, abandonar tu visión del mundo para intentar comprender la de otros, es el primer paso para poder ver las cosas como realmente son.
No pienses que todo lo grande que puedes llegar a hacer está ahí fuera, no. Esta dentro de ti ¿Escuchas a esa vocecita?. No hace falta recorrer el mundo entero para poder crear cambio en la vida de alguien.
Sólo cuando aceptas tus defectos, reconoces tus frustraciones, limitaciones, miedos y sesgos e identificas tus archivos adjuntos. E ahí, justo en ese hueco que queda entre estímulo y reacción, cuando puedes llegar a comprender las cosas como realmente son y dejar de verlas con esas lentes tan sucias, que apenas no te dejar ver la realidad.
No te ates a el mundo tal y cómo lo ves, hay más alternativas.
Abandona esas gafas, usa las gafas del mundo. Vamos.