Claro, tienes que abrir los brazos a la inspiración.

Esto es lo que nos sucede a los humanos, cada día debemos lidiar con demasiada información. Descartamos toneladas de inputs y nos guardamos aquello que sentimos como importante. Esto es necesario. ¿Te imaginas como de ocupado estaría tu cerebro si pensaras todo el día sobre cada cosa que observaras, cada cosa que escucharas, cada cosa que impactara contigo, etc.? Pero además sufrimos el siguiente problema con todo esto: estrechamos nuestra atención cuando a veces lo que necesitamos es tenerla extensamente abierta, en esos momentos cuando necesitamos la inspiración.

Abre los brazos a la inspiración

Para de preocuparte por arreglar los problemas y buscar soluciones y sólo centrare en hacer aquello que tienes en frente de tu nariz. Esa bola de acero llamada momento.

Asegúrate que tienes un gran stockaje de pequeños – pero brillante – planes e ideas accionables. Enfócate en aquello que está justo en frente de ti.

A veces, lo que está en frente de ti son emergencias, lo que realmente necesita ser hecho y como resultado marca la diferencia. La mayoría de veces, buscamos a nuestro alrededor preguntado que deberíamos estar haciendo.

Pues eso, abre los brazos a la inspiración.

Photo credit: sea4200 – Flickr.