Actuar como piensas. A día de hoy no creo que haya nada tan poderoso como esto para alcanzar la plenitud personal.
- Vives a disgusto con tu pareja, sientes y sabes que no te hace feliz. Aún así, ha pasado otro año y ahí sigues, encallado en tu propia mentira.
- Estás harto de tu situación laboral, te quejas, sientes que no te beneficia, no te hace crecer y tu jornal no es justo. Sin embargo, escondes toda esa ira contenida porque no quieres quedarte sin trabajo.
- Tienes dos amigos que sabes que te restan más que te aportan. No te apetece estar con ellos, pero cuando te llaman para quedar, dices que sí, y allí estás.
- No te parece justo que tu manager se lleve todos los méritos del proyecto Ya, y cuando estás con él, ríes sus gracias y todo es perfecto.
- Llega el momento de ser contundente y decir lo que sabes que tienes que decir, pero no acabas diciéndolo.
La serenidad interior empieza ahí. En no engañarte a ti mismo, en ser íntegro para ti mismo. En la dignidad más íntima. O en la honestidad brutal contigo mismo. Y en el orgullo de serte fiel a ti mismo. Cueste lo que cueste. Te lleves por delante lo que te tengas que llevar por delante, o a quién te tengas que llevar por delante.
Actuar como piensas, y sientes
Ahí reside la verdadera libertad interior.
La exactitud y armonía entre tus pensamientos, palabras y hechos.
La rectitud y firmeza del alma solo se puede alcanzar cuando tus acciones concuerdan con tus pensamientos / sentimientos.
Actuar como piensas (y sientes). En mi caso lo siento como el mayor logro de mi vida. Y creo que no hay una meta más importante que ese. El resto es un extra. Uno, o varios, añadidos más.
Que entre lo que dices, piensas, sientes y haces, no quede diferencia alguna.
Actúa como si cualquiera pudiera leer tus pensamientos y sentir tus sentimientos. Si lo logras, serás imparable, e imperturbable.
Recientemente, me di cuenta de que tanto Marco Aurelio como Séneca coincidían en esto mismo. En palabras de Marco Aurelio: «actúa de acorde a tus pensamientos». Y en las de Séneca: «actúa como si tus pensamientos fuesen públicos y estuviesen sometidos al escrutinio de la multitud».
Escucha a a tu genio. Actúa como piensas.