Al día siguiente

Al día siguiente…

Serás músico y tu canción no será aceptada por tus incondicionales.

Serás emprendedor y fracasarás emprendiendo en tu negocio.

Serás blogger y tus lectores dejarán de leerte.

Serás profesor y recibirás un feedback negativo por un pobre trabajo.

Serás escultor y tus formas serán incomprendidas.

Serás conferenciante y no encantarás a tu audiencia.

Serás educador y te darás cuenta de que tienes las manos atadas, no podrás educar.

Serás empresario e irás a la bancarrota.

Serás un líder y nadie te seguirá.

Serás cirujano y no salvarás vidas.

Serás escritor y no podrás escribir para conectar.

No podrás hacerlo

al día siguiente

Estarás listo para hacer algo y no podrás hacerlo. El sistema, tu pareja, tu madre, tu profesor, el tiempo, la economía, los bancos, tus colegas o tu árbol genealógico te impedirán hacerlo.

Entrenarás durante toda una vida en ser el mejor gimnasta, locutor de radio, comediante o ciclista y no serás el mejor de todos. La destreza de otros como tú, con una mayor preparación, una mejor adaptación, equipo o don, serán extensamente mayores.

Creerás en ti mismo cada día y un día dejarás de creer. Pensarás que eres una persona consciente, plena, llena, completa, trabajada desde dentro hacia afuera, de éxito, del de verdad. Y un día, te darás cuenta de que la búsqueda no ha hecho más que empezar.

Escribirás cada día en tu blog, decidido, ilusionado, apasionado y aportando utilidad auténtica. Y un día cuestionarás si todo esto merece la pena.

Te levantarás cada día a las 6am para abrir tu negocio una hora antes, de manera que puedas deleitar a tus clientes, no cerrarás a la hora de comer, recibirás a cada persona con una sonrisa, el mejor trato que sabes dar y un producto excepcional creado para ellos. Y un día, o muchos, sentirás que no recibes ni la mitad de lo que entregas. Alguien será desagradecido contigo, criticará tu trabajo y lo desmerecerá.

¿Qué pasará al día siguiente?

En ocasiones podrás y estarás más preparado que nadie para hacer las cosas y algo o alguien te impedirá hacerlas, frustrante, pero posible y real.

Ese día va a llegar, te prometo que así será. Eso no es preocupante, lo que sí importa es que harás al día siguiente, y al otro, y al otro, y al otro, y al otro.

Me preocupa cómo bailarás con el momento al día siguiente.

Photo credit: Wes Peck.

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4 comentarios

  1. Al día siguiente seguiré esforzándome y dándolo todo como el primero de los días, ya que mi fuerza y mi destino no está en lo que recibimos de los demás, está dentro de nosotros mismos.
    Nuestra victoria es nuestro crecimiento, es nuestro compromiso con los valores que nos guían y eso nadie nos lo puede arrebatar.
    Y ese día llegará, estoy convencido, y volverá a llegar y se repetirá hasta que un día se quede definitivamente con nosotros y nos acompañe hasta el último de nuestros días, pero eso no importa ya que tendremos la satisfacción de haber estado siempre comprometidos con nosotros mismos.

    Gracias por la reflexión y por hacer que pensemos más lejos de lo meramente superficial.

  2. Geniales reflexiones! Pues yo me las tuve que aplicar muy seriamente, y a punto estuve de tirar la toalla…No llevaba demasiadas horas en lo que estaba haciendo, pero ahora, aprendiendo de los fallos y de los aciertos, de las caidas y de las veces que uno se levanta, sí que puedo decir que, si bien no hacen falta 10.000 horas para ser experto en algo obligatoriamente, cada hora, cada kilómetro, cada aventura, cada proyecto..cada fracaso, nos harán ser mejores personas y nos acercarán más a nuestro objetivo y a nuestros sueños, y como mínimo, nunca nos alejarán de ellos.
    Sin duda.
    Saludos, gracias por el espíritu que transmites, suerte y adelante.

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