Ama tu trabajo. La mayoría de mis buenos amigos, colegas de trabajo cercanos, equipo en IG y creo que el 98% de mi círculo de influencia, se sienten parecido a mí.
Sin embargo, no siempre ha sido el caso.
Hace años, cuando muchos de nosotros éramos bastante más jóvenes, lo que amábamos por encima de todo era el dinero, mujeres (u hombres, depende), coches, juerga, ropa, reconocimiento, sentido de pertenencia, lujos y todo esa clase de cosas. Eso y más estaba en el lugar de la balanza que más peso tenía. Más en el otro lado, estaba todo lo aburrido:
No comer chocolate. Colegio, universidad, clases, estudiar para los exámenes, el trabajo de verano, hacer la cama, bajar la basura, pasear el perro, encajar.
Por ejemplo, el amor y el trabajo estaban ambos a un lado diferente de la balanza, en lugares distintos, con un peso cada uno, el primero tenía más importancia que el segundo. Pienso que es bastante normal. Cierto, era algo más normal hace menos de una generación a ahora. Y permaneció normal para todos nosotros, hasta pasados los veinte, donde empezamos a descubrir las cosas por nosotros mismos.
Por «suerte» (no sé si sería la palabra adecuada), el mundo cambió, o al menos, nuestros mundos cambiaron, eventualmente.
Ahora, con todo lo experimentado hasta el día de hoy, pienso que aprender, a través del tiempo, a amar el trabajo de uno mismo, valorarlo, considerarlo, merecerlo y recompensarlo, es una de las tareas más gloriosas y primas que el Universo ha creado para todos nosotros. Por lo tanto, no tratar de completar esta misión es uno de los pecados más grandes en la vida de uno mismo, o al menos, una de las más grandes tragedias de nuestros días personales. Ama tu trabajo.
Especialmente hoy, cuando tienes cero excusas. Especialmente cuando hay personas a tu alrededor que lo están logrando cada día, esas quiénes empezaron con muchos menos recursos y oportunidades que tú tuviste nunca. Especialmente ahora, que vivimos en la economía creada por personas como tú y como yo.
Si todavía no has dado el salto, te sugiero que empieces ahora, tomando un fuerte impulso. Te sugiero… Ama tu trabajo. No digas nada a nadie, guarda tus intenciones. Solo. Empieza. Ahora.
Buena «suerte».
Photo credit: Fabien LE JEUNE.
4 comentarios
Desde luego, parece que (desde la mejor intención del mundo) que aquellos que nos vendieron que hay que sufrir durante X horas al día, durante tu jornada laboral, que hay que amar los viernes y odiar los lunes, que hay que aguantar «con la que esta cayendo» como sea (ya vendrán tiempos mejores), quizás se equivoquen y puede que realmente se pueda disfrutar al máximo de aquello con lo que te ganas la vida. De hecho, como bien dices, creo que hoy el sistema nos brinda la oportunidad única de por fin, hacerlo. Buen post con buena reflexión. Un abrazo.
Hay que hacer, hay que sentirlo, hay que vivirlo, hay que jugar Francesc.
Ultimamente en la presentación que hacemos a las nuevas incorporaciones utilizo una slide en la que pongo en pocas palabras que no me interesan las gentes que hacen las cosas bien. Quiero para mi Cia gentes que hagan las cosas con cariño porque cuando tu único valor es hacer las cosas bien y llega el error no aportas nada. En cambio cuando haces las cosas con cariño y te equivocas siempre habrá un compañero que dirá aquello de: «no seas duro con él, siemp`re pone interés y acaso ¿tú nunca te has equivocado? Abrazo
Excelente Ricardo, eso no es cultura empresarial, es equipo y liderazgo empresarial, un paso más allá. Genial. Gracias por aportar.