Tu mismo. Audítate.
Compruébate, cómo reaccionas contra lo que se te escapa.
Analízate, determina qué estás haciendo y cómo lo estás haciendo.
Revísate, encuentra las virtudes que desconocías. También los sesgos.
Evalúate, examina tus fortalezas y debilidades. Hazlo con honestidad.
Recompénsate, por todas las victorias que ganaste en el día, pero también por las derrotas.
Fíjate, en muchos de esos movimientos propios que sueles pasar por alto.
Interésate, por aprender tres cosas nuevas sobre ti, y el doble de los demás o de tu alrededor.
Vigílate, como si fueras tu peor enemigo, porque lo eres.
Cuídate, como si fueras tu mejor tesoro, porque lo eres.
Esfuérzate, por trabajarte de forma completa, de forma holística.
Obsesiónate, con vivir tu verdad, la de tus valores.
Fórmulate, las preguntas más duras que puedas plantear.
Créete, qué estás aquí y que debe haber una buena razón para que estés.
Mídete, contra ti mismo, contra tus propias acciones, tus resultados, y tus sentimientos.
Incomódate, sintiéndote cómodo.
Lánzate, contra lo que sea.
Audítate o Audítate
¿Estás haciendo lo que puedes para ser no mejor sino más tú? (Porque ya eres mejor, ya eres todo lo que necesitas ser, pero tu propio tú está evitando que lo seas.)
¿Estás dando todo lo que puedes, cada día, para vivir la vida más eminentemente digna que puedas vivir?
Al responder esta pregunta, te darás cuenta de que no lo estás logrando, de que te estás quedando corto. ¿Qué hacer entonces? Corregir esas carencias enfocándote en ti mismo. Alineando que puedes llegar a ser con quién eres y con lo que de verdad eres.
Audítate primero, eres tu mejor consultor, y asesor.
Si dedicas algo de tiempo cada día en trabajar en ti como trabajas en un proyecto, para una empresa o con un grupo de personas, descubrirás que puedes potenciarte a ti mismo sin la ayuda de nadie. Sin embargo, si sigues tratándote como un ente extraterrestre, seguirás siendo una marioneta, estando a merced de cualquier cosa que suceda, sin voluntad propia o dirección alguna. Además de estar perdiéndote lo mejor de estar vivos.
Audítate, tú, no otros.
¿Dentro o fuera?
Atribución imagen: Prensa San Cugat.