Ayer participé en Madrid El País con tu Futuro, un encuentro organizado por el Diario el País dirigido a que jóvenes (y estudiantes) dibujen su mapa, encuentren su pasión y tomen la iniciativa de liderar su vida. Una espléndida iniciativa que activó a más de 1.200 de estos jóvenes.
Todo esto me hizo pensar en lo mediocres que estamos siendo trabajando para que aquellas generaciones más jóvenes obtengan lo que merecen, todo.
Detén un movimiento, empieza otro
Empecemos por aquello que necesariamente hay que dejar de hacer y cómo hacerlo mejor.
Stop a enseñar el fundamento de soñar pequeño, todos podemos conseguir más de lo que creemos o esperamos, mostremos que se debe soñar alto, que se puede alcanzar cualquier cosa que se piense. El trabajo verdadero viene al ayudar a nuestros jóvenes a conseguir eso que ansíen, cómo andar ese camino, actuar de guía y acompañante y estar en los momentos críticos de ese viaje.
Stop a distorsionar las ilusiones de los más pequeños, da igual si astronauta o bailarín o batería de Nirvana. En lugar de eso invirtamos esos esfuerzos en potenciarlas, en animarles a que sigan aquello que les emociona y les hace vibrar.
Stop a minimizar a compañeros que sobresalen más que nosotros, es el momento de encontrar la manera de impulsarlos todavía más, esto a su misma vez nos impulsará a nosotros, seguramente.
Stop a recitar de memoria aquel cuento de que debes haber nacido artista para ser artista, Pablo Picasso no nació con un pincel bajo del brazo, Bruce Springsteen no nació con una guitarra al lado de la cuna, David Beckham no salió de útero de su madre con una pelota de fútbol. Cualquiera que realmente lo desee – y sea consciente de la disciplina que necesitará y esfuerzo que conllevará – puede ser artista, líder, empresario, músico, futbolista o esquiador profesional, o un profesor que cambia vidas.
Stop a repetir a alumnos que no tienen talento solo porque tú no sabes verlo. Sé consciente de que tus propias limitaciones podrían ser obstáculos para tus alumnos o tu audiencia. Empieza por trabajar en ti, luego vendrán los demás, de lo contrario, podría ser que les hicieras más daño que bien, he visto esto en algunas ocasiones.
Stop a juzgar el esfuerzo de las personas que mañana cambiarán el mundo, sobre todo cuando permaneces quieto en tu sofá, o cuando te quejas en el bar tomando unas cañas con tus amigos, o cuando una y otra vez agachas la cabeza, o cuando sientes envidia por los logros que otros consiguen. Empieza por crear tus propios movimientos, por responsabilizarte por algo que importe, porque tus actos dejen huella en ti o en otros.
Elige tu futuro, está ahí
De nada sirve ser la generación con más posibilidades de la historia si no ponemos las cosas fáciles para transformar esas posibilidades en hechos. De nada sirve si no materializamos al menos un 25% de todas ellas, de nada sirve si no educamos que es nuestra obligación hacer algo digno con todo ello.
Si tu profesor, colegio, madre, tío, mejor amigo, novia, marido, jefe, no te empujan, empújale tú a ellos. No necesitas nada más que tus manos para crear tu futuro.
Y si nada de esto funciona, eso significa que es el momento de pasar por encima de todo aquello que se interponga entre tú y aquello que quieres. Es el momento de elegir que destino quieres y entonces hacerlo suceder.
No necesitas decir lo siento. Adelante.
Photo credit: Kevin Dooley.
Un comentario
Vamos a por todas, 2016, una nueva oportunidad para generar impacto en el mundo. Muy inspirador y revelador como siempre Isra, nos veremos las caras muy pronto, y será para hacer algo grande 😉 GO ON!