Las personas solemos decir estupideces como «cierra los ojos, visualiza conmigo… Prosperidad, abundancia, éxito, felicidad. Si te enfocas lo suficiente en esas palabras, las atraerás y serán tuyas«. Espera, la visualización sigue: «Imagina, dentro 5 años, dentro de 10 años, o dentro de 20 años…
¿En qué casa quieres vivir? ¿Qué coche quieres conducir? ¿Con qué personas quieres compartir el resto de tus días? ¿Qué deseas poseer? ¿Cuánto dinero quieres tener en la cuenta del banco?
Cierra los ojos, imagina tener una casa en las afueras de la ciudad con una piscina, gimnasio, pista de tenis, jardín, jacuzzi, sauna y ascensor. Además de unas vistas increíbles. Tener un Ferrari F50, un Aston Martin y una Harley Davidson. Poseer una cuenta bancaria con más de 50 millones de euros«.
Para.
Ya has soñado suficiente. Ya has imaginado suficiente.
La otra visualización
¿Por qué no lo hacemos de otra forma?
Cierra los ojos, viaja hasta dentro de 20 años.
Imagínate no haciendo nada. Sin cambios, te ves igual que te ves hoy.
- ¿Cuántas veces te divorciaste?
- ¿Cuál es la relación con tus hijos? ¿Con tu familia?
- ¿Qué sucede cuando tu madre te mira a la cara?
- ¿Cómo te sientes contigo mismo?
- ¿Qué hay de esa gente que te dijo que abandonarías? ¿Y esa que te dijo «te lo dije»?
Abandonaste tus sueños. Te volviste perezoso. Creaste una visión y pensaste que se volvería realidad, y no fue así.
Cierra los ojos.
¿Qué te parece esta visión alternativa?
Si te parece bien, solo tienes que hacer una cosa, seguir viviendo la vida que vives ahora mismo.
En cambio, si al pensarlo sientes miedo, y preocupación, genial, estás donde quería tenerte. Cambia hoy.
¿Y si no lo consigues? No importa, porque al menos tendrás dignidad, amor propio y respeto por ti mismo. Porque al menos entraste a luchar, el menos luchaste, te empujaste al cuadrilátero y dijiste «me alegro, porque a pesar de haber perdido contra alguien que era mejor que yo, lo di todo«. Puedes vivir con esto, pero no con no dar todo lo que tenías.
Cierra los ojos, sí, claro, y así no necesitarás enfrentarte a la verdad.
Atribución imagen: D’Arcey.