Aguantar el tipo.
No dar holgura alguna.
Esa es la autodisciplina que importa.
Sí, es difícil, aunque hay una cosa que podría decirte para hacerlo fácil. Visualiza cómo te sentirá cuando acabes. Cuando acabas el entrenamiento te sientes genial. Cuando lanzas el proyecto te sientes fenomenal. O cuando acabas los exámenes, te sientes desahogado, te sientes libre.
Vayamos ahora al lado opuesto. Visualiza cómo te sentirás cuando permitas que la autodisciplina afloje. Conoces esa sensación. Te sientes débil y sabes que estás fallándote a ti mismo, y quizá al resto.
Pregúntate, en los próximos 15 minutos cuál de las dos opciones quieren sentir cuando hayas terminado.
No dejes espacio para la mediocridad. ¿Cómo? dando lo mejor de ti cada día. Vaciándote.
Gánale más y más terreno a la pereza. ¿Cómo? Levantándote cada día un poco más temprano, aunque sea un minuto.
Cede cero poder a la comodidad. ¿Cómo? Buscando y haciendo una cosa que te incomode, al menos, una vez a la semana.
Prohíbe que el miedo tome el control. ¿Cómo? Lanzándote a por lo que el miedo te dice que huyas.
Tu objetivo: aguantar el tipo (sea como sea)
Lucha contra la tentación. Aguantar el tipo es lo que necesitas.
No es fácil, pero merece la pena.
Donde te enfoques, la energía fluirá. No importa que sea lo más complicado, enfócate, céntrate, y aguanta. Resiste.
Cómo aguantar el tipo
Necesitas claridad.
La claridad es poder, cuanto más claro tengas qué es exactamente lo que quieres, más claro tendrás cómo llegar.
Clarifica tanto qué es lo que quieres y cómo vas a llegar, que cuando te levantes por la mañana, no tengas otra cosa en la cabeza que ir a por todas. Cuando haces eso con tu cuerpo, emociones, finanzas, proyectos o estudios, o cualquier cosa, empiezas a tener energía, enfoque y empuje para aguantar, resistir y continuar.
Si no aguantas el tipo, si no resistes, la vida te comerá.
Y adivina, si no actúas siguiendo tus principios, será prácticamente imposible aguantar el tipo cada día de tu vida. Es por eso que la mayoría de personas acaban arrolladas y aplastadas.
Atribución imagen: Eric Venrier.