Cómo educar a ser resilientes

educar resilienciaCuando eres un niño todo es tragedia. Cuando eres adulto también. ¿No encuentras trabajo? Apocalipsis. ¿No logras tener éxito con tu negocio? Desesperación. ¿No duras más de tres meses cuando conoces a alguien? Fin del mundo. ¿No encuentras tu bebida favorita cuando entras en un club? Estás acabado. ¿No puedes terminar un puzzle? Hay algo que no funciona contigo. ¿Te cuesta llegar a tiempo a los sitios? Tu vida se acaba hoy. No solo puedes cambiar eso, sino puedes empujarte a ti mismo para llegar más lejos de lo que piensas. Hablo de la resiliencia.

Encuentra tu resiliencia

El problema es que nadie te ha enseñado a persistir, recuperar y sobresalir en medio de la adversidad. No en el colegio, no tus padres, no en la universidad, no tus jefes, tampoco tu pareja, pero sí en Stand OUT Program (aunque esto es otra historia), padres o madres, trabajadores, desempleados, niños, estudiantes, adolescentes, directivas o gerentes, esto os interesa. Resiliencia.

Esto va sobre elegirte y dejar de morder el polvo para siempre. Cuando piensas sobre el núcleo de la resiliencia, tiene que ver con la calidad de nuestras relaciones, la calidad de nuestras creencias, los hábitos de nuestra mente, y nuestro sentido de negocio.

El efecto del estrés inoculado

Un psicólogo clínico de la universidad de Waterloo, Donald Meichenbaum, desarrollo la idea de la inoculación del estrés, o lo que es lo mismo, cómo exponer personas a una cantidad controlada de estrés lo hacer más manejable. La adversidad nos enseña a cómo trabajar la adversidad. Nos preparar para esa posibilidad. Nos permite ensayar. Y nos lleva a una situación donde no estamos tan cómodos.

Si eres padre, deberías animar a tu hijo a tomar más riesgos – no menos – incluso aunque pudiera existir el fracaso. Si eres profesor, deberías empujar y retar a tus alumnos, aunque les incomodaras enormemente. O si eres jefe deberías colocar a tus empleados al frente, en la línea de ataque, con lo bueno y lo malo, aunque pudieran sufrir por un lado, pero llevarse una buena parte del éxito por el otro. Permite a tu gente saber que en un momento dado fallarán, que echarán a perder bastante cosas valiosas, y que serán heridos, eventualmente. Es okay, porque sentir esos sentimientos les dará más herramientas a todos ellos para la próxima vez, salir con más garantías de triunfo. No es nada cruel dejar sentir a los demás el sabor del miedo y el dolor, porque es esencial saber cómo procesarlo.

Cómo hablar sobre el fracaso

He normalizado, mejor, ridiculizado, el fracaso que ahora parece hasta divertido e interesante pasar por ello unas cuantas veces, incluso al día. Esto no significa que me guste perder, no, no soy un fan de los trofeos de consolación o participación ¿Lo eres tú? En ocasiones no ganas, es okay. Todavía seguirás siendo respetado por nosotros, no tienes que ser bueno en todo, pero si en algo, y si puedes, el mejor.

Una de la mejores maneras de permitir que tu gente se recupere del fracaso es hablar sobre como de perdedor has sido, lee esto. En lugar de consolar a alguien con un incentivo cuando falle, háblale sobre cosas en las que tú también fracasaste, será una ayuda más útil.

Explica por qué las cosas están fuera de su control

Conocimiento te lleva a poder. En ocasiones, sobre todo los más jóvenes, no están en control de la situación, y no entienden por qué. Entregar un plan de trabajo para que entiendan por qué no tienen el control es un turbo para la resiliencia. Explica por qué algo estrenaste debe ocurrir – perder el trabajo, perder a tus abuelos o ser humillado en público – y les estarás dando el sentido del control que necesitan.

Rodéate de 5 buenos amigos

¿Sabes que eres la media de las 5 personas con las que más interactúas? Si tus amigos parece que son como e casting de Friends:

A. ¿Quién es Chandler?

B. ¿Quién es Joey?

C. No es lo suficiente diverso.

D. Falta uno.

Animar e incitar a “tu gente” a construir una red de amigos con diferentes tipos de personas no solo es algo que haces en LinkedIn, también ayuda a que ellos empaticen y se vean reflejados en las otras personas. Porque las personas que tienen sentido de la solidaridad poseen una resiliencia natural.

Cede el crédito

Deberías ser el ejemplo de lo que dices. Liderar con tus hechos y actos, no hay nada más efectivo y ultra-convincente.

Cuando estoy débil, o me siento frágil, cuando lo estoy pasando mal, me aseguro que la gente de mi alrededor lo sepa de primera mano. Principalmente para que ellos puedan entender y entonces actúen de acorde. Si no lo cuentas, los demás no saben, ya tienen bastante con ocuparse de sus propias vidas. Esto ayuda a que otros posean el crédito. Pensamos que la mayorías de personas son narcisistas por defecto, pero eso es simplemente porque uno mismo tiene que ser narcicista para aprender. Cualquiera puede entender, hasta niños de tres años, a si mismos y a la gente de su alrededor si tú prestas una gran atención y cuidado para que lo hagan.

Photo credit: Jef Safi.

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