1. Conoce a alguien bastante fascinante con quien pasarías 10 horas hablando.
2. Llega tarde al lugar donde has quedado con esa persona.
3. Pierde la noción del tiempo en una conversación hasta darte cuenta de que te has pasado una hora del próximo compromiso, trata de solucionarlo.
4. Queda para cenar con un buen amigo a las 23h y descubre que esa cena es el comienzo de una larga y agitada noche.
5. Déjate llevar, incluso aunque a las 12:05h salga tu avión hacia otro continente. No existe un mapa.
6. En un instante de la noche, entre traslado y traslado, alrededor de las 3 am, olvídate tu smartphone en el asiento del taxi en el que viajabas.
7. Date cuenta de que de todos los taxis que has tomado en todo el día, ha sido el único que has pagado en efectivo y no has pedido recibido, por lo tanto, no posibilidad de contactar al taxista.
8. Recuerda que además tenías tu smartphone en silencio y sin vibración.
9. Llama 50 veces con el teléfono de tu amigo, deja 10 mensajes, llama a la central de taxis, pregunta a otros taxistas.
10. Vive con la esperanza de que esté no lo haya «encontrado» otra persona y lo recoja el taxista porque se haya caído en algún rincón y entre la oscuridad no se aprecie (iluso).
11. Sigue dejándote llevar, perder teléfono no es el fin del mundo, ni mucho menos.
12. 6 am, darte cuenta de que tu amigo ha soltado una bomba de humo y ha desaparecido.
13. Esperar 30 minutos a ver si aparecía. No apareció.
14. Recordar que no le puedes llamar porque no tienes teléfono y que es él la persona que en unas pocas horas te lleva al aeropuerto.
15. Despertarte en el hotel a las 10:30 am y comprobar que lo que has hecho es dormirte, tu amigo no ha aparecido y el vuelo internacional sale en 1:35 horas.
16. Recoger todas tus pertenencias casi a la velocidad de la luz.
17. Llegar al mostrador del hotel en ropa interior y cambiarte mientras haces el «check out».
18. Olvidarte el reloj en la habitación y decirle al personal del hotel que lo recojan y cuando vuelvas a la ciudad ya lo recogerás, no tener margen de maniobra en absoluto.
19. Colocarte en medio de la carretera para tomar el primer taxi que venga, dirección al aeropuerto.
20. Acordarte que sigues sin teléfono, ni idea de si lo vas a poder recuperar o no.
21. Llegar a las 11:04h al mostrador de la aerolínea y ver que no hay nadie. Desierto.
22. Flipar.
23. Ir al panel con la información de vuelos y ver que lo que había sucedido era que te habías equivocado de aerolínea y vuelas con otra diferente.
24. Técnicamente, realizar un sprint desde los mostradores de la aerolínea A hasta la B con dos maletas y la mochila.
25. Llegar al mostrador de la aerolínea B e incomprensiblemente, hacer el «check in» exitosamente.
26. Salir «echando chispas» hacia la puerta de embarque (pasajeros embarcando en ese exacto instante).
27. Estar escribiendo estas líneas a falta de menos de 2 horas para aterrizar en el destino.
Lo que suceda al llegar al destino, ya es otro día, otra historia – y otro post.
Soy consciente que este post también hubiera podido ser algo parecido a «cómo perder un vuelo internacional» o «por qué he perdido un vuelo internacional», no creo que hubiera sido de mucha utilidad, pero sí divertido, ciertamente.
Photo credit: Ricardo Noltenius.
2 comentarios
Madre mía Isra. Aquí tienes material para un guión de cine eh… o al menos una anécdota para tu próximo libro 😉
Espero que al final puedas recuperar tu teléfono. Un abrazo desde Madrid.
Me quedo con lo segundo.
El teléfono lo doy por perdido, ciertamente ha sido una suerte haberlo perdido, empieza el experimento 1 mes sin teléfono.