Podrías pensar que estás en una carrera de caballos y resultar que estás en una carrera de asnos. Podrías creer que estás comiéndote un filete de ternera de primera clase y resultar que estás comiendo una chuleta de cerdo cualquiera. O podrías pensar que estás siendo ultraproductivo y resultar que estás siendo incluso menos que productivo.
No estás siendo ultraproductivo
No llegar a los estándares de vivir mejor te deja fuera de la ultraproductividad. Aunque produzcas más en menos tiempo, serás productivo, y ya. Sin embargo, sobrepasar las barreras de ser ultraproductivo es incluso más contraproducente.
- Crear veinte cuadros de mando al día donde seguir todas tus actividades.
- Analizar cinco veces al día todos esos cuadros de mando.
- Obsesionarte con los datos y no con las acciones posteriores y sus resultados finales comparados con los anteriores.
- Escuchar y hacer caso a tu mente y no a tu cuerpo, a tus sensaciones y a tu corazón. No fluir vamos.
- Colocar el dinero antes que poner el alma por delante.
- Vivir con la idea de que puedes ganar al tiempo.
- Ser tremendamente estructurado, rígido e inamovible.
- Recortar tiempo del descanso, de la vida social y de la familia para ser ultraproductivo.
- Pensar que la solución está en las herramientas, en el software.
- Descuidarte a ti mismo por darte tanto a los demás.
- Decir (y creer) «voy liado» / «estoy ocupado».
- Pensar demasiado en cómo ser más ultraproductivo de forma constante.
- No sonreír cuando los planes cambian y tu agenda cambia y tus citas o compromisos se cancelan.
- Evitar acostarte hasta que no has tachado la última tarea en tu agenda de trabajo.
- Verse ante la imposibilidad de sacar 30 minutos al día para realizar lo que más te apetezca.
- Querer implantar 10 mejoras a la vez. Dominar cinco superhábitos a la vez. O desarrollar 15 sistemas diarios y querer que todos funcionen.
Estos puntos son algunos de los obstáculos más comunes que se encuentran las personas que tratan de ser ultraproductivas. Nada alarmante.
Fluir
El factor crítico es obsesionarte por mejorar el estilo de vida, no el trabajo. Es estar a gusto con lo que haces, no demasiado presionado, no muy poco empujado. Enfocar tus energías para entrar dentro de un estado de flow que te permitirá trabajar un poco menos, producir bastante (o algo) más y vivir una mejor vida.
Imagen atribución: Doug Belshaw.