(Dirigido a cualquiera)
Querida o querido…
Da igual si tienes 10, 25, 43 o 59 años.
Nunca mires hacia el suelo cuando estés ante personas con más autoridad o poder. Ya sea en el colegio, en el barrio, en la empresa o en parlamento. Levanta la cabeza, deberías estar orgulloso por quien y qué eres. Si no lo estás, haz lo que sea para remediarlo.
Nunca te conformes con lo que te ha “tocado”. Tu familia te dio todo lo que podía, agradécelo, y hónralo. Haz más, sé más.
Comete fallos desde el primer momento en el que seas consciente. Aprende una sola cosa por cada uno de ellos. Continúa haciendo esto durante diez años.
Cuando algo no te guste, no calles, pero tampoco explotes en cólera. Respira, deja pasar 30 minutos y organiza una conversación con la persona o personas. Da igual si son tus padres, jefe, tutor, pareja o amigos. No pierdas los papeles. Mantén la cabeza fría y pide argumentación por cada hecho por el cual no estés de acuerdo.
En lugar de convencer a la personas sobre lo que estás en lo cierto, mantén conversaciones sobre las cosas en las que crees que podrías estar equivocado.
Nunca, repito, nunca es tarde para ser quien quieres llegar a ser. Pregunta a Julia Child, Ray Kroc, Compay Segundo o Alfonso Ávila. Triunfaron después de los 50 años.
Las ideas son un maldito engaño para que sigas enganchado al romanticismo de hacer algo grande mañana. Olvídalo, desengáñate y ejecuta hoy. Un movimiento pequeño a la vez, cada día.
Haz caso omiso a tu instinto y a tu intuición. Nada más.
Preocúpate de hacer al menos una o dos cosas prácticas en la vida real, que complementen lo que haces en el colegio, universidad o escuela de negocios.
Cualquiera que sea la ocasión en la que abras la boca, que sea para escupir los resultados de tu trabajo, acciones o vida. No al contrario.
Antes de iniciar una conversación hablando, prueba a escuchar.
Entetente lo menos posible en el sistema educativo actual, salta a la realidad rápido.
No esperes un email, tweet, llamada, proyecto o cliente. Ve a buscarlo. Aprieta el botón antes de que otra persona o situación lo apriete por ti.
Consejos no solicitados
Estos fueron algunos consejos no solicitados aleatorios, porque me apetecía.
Photo credit: Paul Gallo.