Si algo propulsa la Ultraproductividad es crear movimiento, y para eso necesitamos acción; acción cuando trabajas, cuando produces y cuando vives.

Acción ante lo desconocido.

Acción ante el miedo.

Acción ante la duda.

Acción ante el trabajo repetitivo.

Acción ante la ineficacia.

Acción ante la incertidumbre.

Acción ante la inconsistencia.

Acción ante lo improbable.

Acción ante la limitación.

Acción ante los ladrones de tiempo.

Acción ante la negatividad.

Acción ante no encontrar tu camino.

Acción ante la tardanza.

Acción ante esperar.

Acción ante la decepción.

Acción ante el juicio.

Acción ante la mediocridad.

Acción ante pensar.

Acción ante sentir algo.

Acción ante la inseguridad.

Acción ante la falta de convicción.

Acción ante la indiferencia.

Acción ante la crítica dañina.

Acción ante cualquier cosa que aparezca en el camino, sea catalogada como sea.

Ve a crear movimiento

Entonces, cuando tienes ese tipo de iniciativa tan imparable, empiezan a suceder las cosas que querías que empezaran a pasar.

Por eso, tengo un mensaje un poco repetitivo (y quizá aburrido) pero terriblemente efectivo y consistente:

Ve a por el miedo.

Ve a por la puerta entreabierta.

Ve a por la incomodidad.

Ve a por lo difícil.

Ve a por el «no».

Ve a por el riesgo.

Ve a por la vida.

Ve a muerte.

En realidad, cuando observas la vida, te das cuenta que el motor es la acción. Si no hay movimiento todo se detiene, lo que no está nada mal de vez en cuando. Sin embargo, necesitamos ese movimiento, porque el mundo está en movimiento, y el medio para crear esa fuerza delantera es la iniciativa y la acción.

Es por eso que cuando trabajo con el Método Ultraproductividad, enfoco todas mis energías en que organizaciones o personas individuales consigan generar acción imparable, porque de lo contrario, nada de lo que hagan contará, porque no estarán haciendo, estará pensando o sintiendo.

Atribución imagen: Boris Thaser.