Hasta que no seamos capaces de cuestionar nuestros propios pensamientos, trabajar nuestro ego, actuar de forma consciente y entender aquello que nos limita, aceptarlo y utilizarlo como una ventaja. Hasta que no logremos – como personas u organizaciones – dominar estos campos, no podremos cambiar las cosas que importan. Desafiar tus creencias es una habilidad núcleo críticas.
Estas son algunas de las estrategias que he utilizado para retar mis pensamientos y desafiar tus creencias:
Pequeño en grande
Hoy las ideas viajan a la velocidad de la luz, lo mismo sucede con las conexiones entre personas, comunidades, eventos, negocios, etc. Buscamos gustar a cuantas más personas mejor, pero la oportunidad no está en crear una gran audiencia compuesta por números y no por personas. La oportunidad está crear una comunidad pequeña de personas con las que podamos interactuar, una comunidad con propósito. El valor está en la gente que confía en ti, en las personas que piensan como tú, que te entienden y te apoyan. El resto, es bastante irrelevante. Ese tipo de comunidades se crean a base de confianza, hacer lo que decimos y decir lo que hacemos, cumplir nuestras intenciones y actuar de acorde a los valores de esa comunidad.
La atención es la clave
En un mundo donde parece que queda menos tiempo, no necesitas más posibilidades, necesitas más atención. Desde hace siete años, el spam de atención se acorta cada día más. En cambio la demanda por la atención crece sin parar y cada vez más rápido. Se ha convertido incluso en una economía, ya que los clientes, público, espectadores, lectores o consumidores demandan el “retorno de la atención” que les corresponde. Si no hay retorno, se marcharán y nos volveremos menos relevantes (o peor aún, totalmente irrelevantes, hasta que seamos invisibles). Reta a tu pensamiento, porque estás malgastando la atención de la gente que te escucha. Estás perdiendo confianza y atención a cada instante.
Modifica el enfoque de marketing
Desafiar tus creencias significa admitir que muchos de nuestros esfuerzos se van a perseguir mercados de productos y servicios que luego vender a nuestros clientes. Estrategia errónea, cuando la gente confía en ti, cuando has ganado su atención, cuando eres valioso para ellos. Entonces es el momento de desarrollar productos o servicios que ellos necesiten. Eso en lugar de crear “cosas” que alguien compre algún día. Si cambiamos la óptica y centramos las energías en sus necesidades, deseos, expectativas e intereses, y no en los nuestros, el beneficio y el resultado será positivo.
Crea tu propio “producto»
Una práctica equivocada común es producir contenidos para generar actividad en las redes sociales. Cuando una vez por semana reviso mis plataformas sociales y durante minutos veo algunos contenidos, lo que veo es empresas y personas intentando duro para generar contenidos que gusten. Es una perdida de tiempo y esfuerzo. En lugar de eso, genera tu propio producto / servicio. Desarrolla una historia alrededor y empezó a comunicarla. Eso dará, a medio o largo plazo, muchos mejores resultados que estar compartiendo tus fines de semana, viajes de trabajo, citas de personajes famosos o contenido de otros que siempre están creando sus propios “productos”. Cuando hablo de productos, hablo de proyectos, por supuesto basados en pasiones, actividades, hobbies. No actúes para ser popular, gustado o aceptado, actúa para cumplir propósitos, causar impacto positivo y actúa para ser real.
¿Qué estás cambiando?
Plantéate de forma muy seria esta pregunta, tanto si tienes un podcast, un canal de Youtube, como si tienes un restaurante, una zapatería o una consultoría estratégica. De una manera u otra, tu trabajo tiene que cambiar algo a la gente. Cambiar hábitos de compra, estilo de vida, comunicación, el viajar, comer, relacionarse. Si no estás cambiando aunque sea un poco las cosas, no estás haciendo el trabajo que has venido a hacer.
Vive en el desconcierto
Si todo el mundo te ama, vives en un mundo engañoso. Si nadie te cuestiona, la mayoría te está mintiendo o estás haciendo el trabajo mediocre. Nuestro pensamiento debe reinterpretar el significado de incomodidad, desconcierto, incertidumbre, inquietud, tensión e intercambiarlo por sus antónimos. Debemos entender que dominar esos activos sí nos dará la paz y la libertad que queremos, ir por el camino de siempre solo nos llevará al hecatombe. Busca personas que estén en desacuerdo contigo, personas que te critiquen y te devuelvan a la vulnerabilidad. Si no trabajas en los márgenes, es que estás jugando seguro, y seguro es arriesgado.
Olvida los números
La analíticas, las estadísticas, los visitantes a tu blog, las descargas del podcast, los followers en Instagram y Twitter. Los fans que ganaste. ¿Cuál es la utilidad de tener números vacíos? ¿De no saber quién descarga el podcast? ¿De no saber cuantos de tus fans son clientes? ¿Saber si los que te compran te siguen en las redes sociales? Pienso que todo ello son números que quedan bien frente a los ojos de personas que admiran nuestra grandeza. Conozco demasiadas personas con números diez veces más altos que tú y que yo y que apenas llegan a final de mes. Retar a nuestro pensamiento es rodearte de pocas personas y que esas personas valoren lo que tu valoras. Imagina que cada día impactas a una persona que luego conoces, 365 impactos y personas al año, más que suficiente ¿no te parece?
Desafiar tus creencias
Es poco probable que puedas reinventarte a ti mismo/a, si no comprendes el mundo en el que vives. Los hay que viven con esperanzas de que todo encaje. Luego hay otros (los disruptores, los agentes del cambio, los Inconformistas), que lo están cambiando todo, retando su propio pensamiento y con ello retando el sistema. Cambiando las cosas que importan.
¿No crees que es el momento de desafiar tus creencias, confiar e invertir en ti y reinventarte?
Imagen atribución: Darwin Bell.