La ecuanimidad es una palabra, una forma de vivir, sentir, pensar y actuar demasiado trascendente como para pasarla por alto:
Dar o
Juzgar o aceptar
Acertar o errar.
Dudar o confiar.
Pensar o sentir.
Odiar o amar.
Insistir o Desistir.
Esperar o
Arriesgar o jugar seguro.
Conectar o desconectar.
Enfocado o distraído.
Presente o futuro.
Dentro o fuera.
Decidido o indeciso.
Motivado o desmotivado.
Líder o seguidor.
Trabajador o
Más rápido o más lento.
Introvertido o extrovertido.
Positivo o
Extremo o comedido.
Cuerdo o loco.
Importancia o indiferencia.
Entendimiento o desentendimiento.
Inteligente o necio.
Maestro o aprendiz.
Resistir o rendir.
Todo o nada.
Principio o final.
¿Permanente o impermanente?
Todo es bueno, y todo es malo. O nada es bueno, ni nada es malo.
¿Y acaso importa estar un sitio o en otro, o incluso en el medio?
Sobre la neutralidad de la ecuanimidad
¿Qué pasaría si no hubiera nada que buscar?
¿Cómo te sentirías si cuando llegas donde esperabas resulta que no encuentras nada?
¿Cómo reaccionarías si te dieras cuenta que el propósito es no haber un propósito? ¿Y si de repente los objetivos desaparecieran?
¿Y si llegas a un punto donde comprendes que nada tiene sentido pero que nunca nada ha significado tanto como ahora?
Nada puede tener sentido hasta que lo tiene. Y todo puede tener todo el sentido del mundo hasta que nunca más lo tiene.
Buscamos etiquetas, categorías, nombres, sentimientos, emociones, marcas, apellidos para creer que todo tiene un sentido lógico. Creemos que todo es de una forma o de otra.
Pero lo cierto es que no es así. Podría ser ecuánime, neutral.
¿Y si todo no fuera más que una misma cosa? ¿Y si “yo” y “mí” estuviera unido y fuera inseparable?
¿Y si el sentido estuviera en un lugar neutral?
No hay nada más vacío y lleno que la ecuanimidad, en lugar donde todo se detiene, todo se unifica, y todo pierde sentido, por eso tiene tanto sentido.
Busca la ecuanimidad.
Atribución imagen: JetSetMag.