El éxito para los estudiantes universitarios se mide por horas de créditos. Es decir, el tiempo que pasas en clase leyendo, asistiendo a clases teóricas sobre los diferentes temas de la carrera que escogiste, enfrentando exámenes o tests de multiple respuesta o trabajando en casos prácticos no reales (este último es esperanzador cuanto menos), todo esto con la ilusión de pasar al siguiente curso (¿nivel?). Sin embargo, todas las horas del mundo invertidas en esos créditos no te garantizarán a ti ni a ningún estudiante aprender algo realmente aplicable a tu puesto de trabajo futuro. Y la gente que ya va por delante de ti, empleados, emprendedores, autónomos o directivos, conocen esto de buena tinta. No puedo decirte cuantas veces escucho a clientes o proveedores decir algo como esto: «no puedo encontrar a la persona adecuada para este tipo de trabajo, y no puedo ir a buscar a estas personas a las universidades porque los estudiantes no poseen la iniciativa, competitividad y habilidades necesarias». En mi forma de trabajar con otras personas, colaborar, contratar o asociarme hay una competencia que sí es requerida, busco las habilidades y actitud que no aprendes en la universidad o en el colegio.
Efectivamente amigos y amigas, en una encuesta, el 60% de los empleados se quejaron de que los candidatos a unos puestos de trabajo, carecían de habilidades interpersonales, comunicativas y de liderazgo. Ellos podrían pasar un examen fácilmente, okay, pero no podrían identificar o solucionar problemas en el trabajo, tampoco negociar, aguantar la presión de una fecha límite o liderar una reunión o hablar en público y convencer.
Mánchate las manos
Estudiantes del futuro, sí, quizás tú, estas habilidades núcleo (y otras más), que obtendrás manchándote las manos, serán tu centro de poder, con el caminarás hacia delante. Estás equivocado, no necesitas créditos, ni horas, ni semestres. Necesitas habilidades núcleo, fracaso, colisión contra el mundo, golpeo, ataque.
Fíjate en College for America, una rama online de la Universidad de Southern New Hampshire, una de las primeras instituciones en recibir permiso desde el gobierno federal para entregar títulos basados en «aprendizaje actual versus tiempo sentado en una silla» Aquí los estudiantes avanzan cuando demuestras que han alcanzado a dominar un set específico de habilidades o competencias, no por tachar días de clase.
Para los que todavía no lo han entendido, esto no va sobre aprender matemáticas en lo abstracto, sino cómo usar gráficos para representar información, o persuadir a inversores.
Olvida los créditos
Para que las universidades (y la mayoría de escuelas de negocios) permanezcan relevantes, ambas instituciones deberían responder a las demandas de un tipo de trabajo cada vez más disruptivo. Lugares como el College for America o Stand OUT Program, únicamente admiten participantes con iniciativa, con una historia llena de fallos, con insolencia y con experiencia en hacer el trabajo importante. En un futuro, podría ser posible que solo aceptaran estudiantes que llegan directamente desde sus puestos de trabajo, proyectos o negocios, quien sabe.
Creo que hay un valor real en todo esto, cambiar las cosas que importan versus ser la persona que más horas estudia y que más asiste a clase.
La decisión es tuya.
Photo credit: Lauren Tripp.
2 comentarios
Tienes razón Isra, me gusta tu reflexión y planteamiento. Pero aquí hay un problema de base, de nuestro sistema educativo, con un tipo de enseñanza (¡¡todavía!!) basada en exámenes de contenido, asistencia a clases donde el profesor «blablabla» sin implicar ni ofrecer al alumnado la posibilidad de buscar o generar contenidos. Paulo Freire ya hablaba hace años de un tipo de educación más horizontal y motivadora, pero ni en los tiempos que estamos, en los que es fácil llegar a diferentes contenidos teóricos, cambia el sistema de créditos y puntuación. Quienes se salen de este sistema de enseñanza y son proactivos son los que estarán sobradamente preparados para un panorama laboral que (tristemente) tampoco muchas veces valora esas capacidades.
Exacto Esther, pero no podemos cambiar las cosas en la educación si todo lo que hacemos es culpar al sistema, profesores, etc. La alternativa, utilizar toda esa energía en generar pequeños movimientos que cambien cosas primero a nivel local, eso en el mejor de los casos, se podría convertir en una pequeña revolución y eso es precisamente lo que necesitamos.