Para la mayoría de nosotros, no son las grandes trampas las que nos aturden, sino las pequeñas trampas.
Cada vez que soy consciente y evito comprobar el email (sobre unas 200 veces en un mal día), Twitter (unas 80 veces en uno de esos días) o incluso el Whatsapp (aproximadamente 50 veces), obtengo una recompensa, hacer que algo suceda. Obtengo el premio de empezar y acabar un proyecto, a tiempo y gratis.
Para mucha gente, cada vez que comen un Mc Menú o una Domino’s Pizza o un Kebap. En lugar de una sopa de miso. Un plato de verduras (de la huerta) asadas, legumbres, pasta (no de trigo) o fruta de temporada. Lo toman o bien como un pecado o quizás peor, un pequeño castigo a cambio de su placer. Una Mc Royal nunca podría hacer daño a nadie, pero cientos de ellas te podrían causar serios problemas de obesidad, colesterol y otras enfermedades.
ómo combaCtir las pequeñas trampas
Una manera de cambiar el comportamiento frente a esas peuqeñas trampas. Es seguir y monitorizar cómo de frecuentemente ocurren estos pequeños sucesos. Porque verlos alineados el uno detrás del otro. En una fila lo suficientemente larga podría ser razón suficiente para hacerte cambiar de idea, cuando decidas optar por algo que a largo plazo podría no dañarte, pero a largo sí podría ser perjudicial. La otra manera es exagerar esos sucesos y hacerlos preocupantes, aunque sean diminutos.
Estoy seguro de que si me diera una descarga eléctrica cada vez que paro de hacer el trabajo que importa, para comprobar si ha entrado algo grandioso en mi bandeja de email. Creo que lo haría únicamente tres veces al día. Sí, lo sé, seguiría haciéndolo incluso con la descarga.
Photo credit: apuromafo.
5 comentarios
La mejor manera de dejar de hacer algo es que no te obsesione el dejar de hacerlo y enfentarte a ello cara a cara. Tú sabes de eso, si quieres lo haces y si no quieres, aunque te den descargas, no lo haces. Por cierto ¿monitorización?. Hay cosas que no caben en un excel y esas son las que determinan el resultado. ¿Por qué no te preguntas cuales son esas cosas que no tienes monitorizadas y pueden determinar el resultado?. Es una idea.
Ya que hay que pagar cierto precio por cierta actitud ante la vida, por lo menos, que no sea a base de miserias…
Estoy de acuerdo contigo, Isra, perhgyeso lo puedes cambiar tu mismo. A mi me ayudó mucho leer «el poder de lo simple» de Leo Babauta.
Suerte!
Gracias por la recomendación Fran.
Eso es.