El amor es… ¿cómo lo definirías? ¿que dirías que es? ¿lo tomas o lo pides?
Odiamos eso que se escapa a nuestro control y área de influencia. Eso a lo que no llegas, eso que se escapa de tu entendimiento y racionalidad. Sabes que no atiende a razones ni a la lógica. No sabes como medirlo, tampoco etiquetarlo, menos catalogar o agrupar bajo ninguna categoría. Es eso que cuanto más complicado se vuelve, más irresistible es. La peor parte llega cuando tienes que explicarlo o transmitirlo con la finalidad de que alguien te pueda comprender.
Te hace ser tan vulnerable, pierdes el control, te comportas de manera extraña, haces cosas que normalmente no haces. El amor coge tus pensamientos, los hace una bola de papel y los arroja a la papelera. Quizás todo esto es porque sentimos que lo podemos perder y echar de menos.
Paradójicamente no queremos dejar de sentir esa sensación ni un segundo. Te rompe el corazón, no te preocupes, es ok. La ilusión de un nuevo amor lo volverá a reconstruir hasta que ese mismo lo vuelva a destrozar.
Estar enamorado. No importa cuanto lo idealicemos, aún así sigue siendo a menudo algo terrorífico. El terror de estar enamorado. Si, lo se…
¿Por qué es razonable que no deje de pensar en ti, pero es irrazonable que cuando piense en ti deje de pensar?
El 99% del amor es irrazonable.
Photo Credit: Hugh McLeod