He aprendido algo muy potente estos días sobre el amor, en realidad son tres aprendizajes vitales que van estrechamente ligados.
- La diferencia entre ser amado y sentirte amado.
- La diferencia entre dar amor y recibir o pedirlo.
- El inmenso poder (y liberación) de tomar el amor sin permiso o alguno.
Son lecciones que vienen de diferentes lugares, así como de distintos momentos en el tiempo
Al poder verlo mejor, he podido entender más sobre el amor. Eso ha facilitado el resto, es decir, estos tres aprendizajes que explico a continuación:
1. Ser amado vs sentirse amado
Este aprendizaje ocurre de una forma bastante curiosa. En marzo de 2018 decidí no mantener ninguna relación sexual con ninguna mujer hasta que de verdad, en lo más profundo de mí, sintiese que fuese el momento. Una decisión tomada siguiendo un modo de vida más estoico, y en sintonía con los principios que rigen mi vida,
Bueno, lo cierto es que sigo sin mantener relaciones sexuales, y eso me ha permitido ver con más claridad mi relación con el amor – en su versión más universal. Ser amado es algo externo, mientras sentirte amado es algo que tú decides, ya sea sentirte amor por ti mismo u otros, es una postura proactiva que devuelve el poder de sentir el amor a quien lo debe tener, el individuo, es decir cada uno de nosotros.
Que te amen no es algo que tú haces, es más algo que sientes, porque puedes ser amado pero no sentirte amado. Incluso, puedes considerar que no eres amado pero si podrías sentir ese amor. Es fascinante que un cambio tan sutil marque tanto la diferencia.
2. Dar amor y recibir o pedir amor
Dar es relativamente fácil, solo tienes que tomar acción, ser generoso y pensar en cómo hacer sentir bien a otra persona. En cambio, recibir o pedir requiere un grado de madurez elevado. Tal y como sucede con los monjes budistas que van de casa en casa pidiendo comida como limosna – lo que les ofrezcan deben aceptarlo y tomarlo, eso hace que el ego no intervenga, todo lo contrario.
Una metáfora que aplica genialmente al amor. Saber cómo recibir amor requiere humildad, requiere aceptación, y rendición, porque tendrás que vencer todas tus creencias limitantes, sesgos y miedos si quieres recibir el amor que cualquier puede darte. Es como pedirlo, casi todavía más extremo, ya que significa que tendrás que desnudarte al hacerlo, es vulnerabilidad en uno de sus estados más puros.
3. Tomar amor, sin licencia más que la tuya propia
Esto es algo que aprendí justo al terminar Inconformistas Valencia hace unos días. El aprendizaje vino de la mano de Salva Fernández. Realicé el cierre del programa sobre las 21:45h, justo después de la intervención de Salva (coach de alto impacto), que estuvo toda la tarde trabajando con los participantes.
Al acabar estuvimos compartiendo impresiones de la sesión, del programa y de estos últimos 3 meses sin vernos. En una de esas interacciones, le di gracias a Salva por “darme amor” y por «quererme” algo, que desde Afrika Burn, estoy haciendo con la gente que me da ese cariño especial, en cualquiera de sus formas. Al hacerlo, Salva exclamó “ahora sí”. Y entonces pasó a explicarme que en mi discurso de cierre el «pedir amor” que había utilizado, no le resonó. Porque según él, se veía como una postura de demasiada sumisión e indignidad. Sin embargo, seguía explicando salva, en mi gesto, pasé de pedir a tomar. Y eso es potente, porque te hace pasar de víctima a héroe que no pierde porque coge amor allá donde va y de quien sea.
Eso es, aquí estoy, amor, sentirlo, recibirlo y tomarlo.
¿Y tú? ¿Dónde estás?
Atribución imagen: Robert McGoldrick.