Hace cinco días aterrizaba desde Sudáfrica, donde estuve poco más de un mes. Previamente, pasé tres semanas en España, llegaba de recorrer seis países, desde 26 de diciembre al 11 de marzo. Viajo alrededor del mundo desde enero de 2018, cada vez con menos preocupaciones, limites, apegos o cargas. No he planeado los destinos, no he reservado con antelación, no he creado mapas imaginarios, he querido huir de recomendaciones previas, juicios, falsas expectativas y convencionalismos. Encuentro magia en estar perdido, porque me doy cuenta de ello. Así como en estas desbocado, porque entonces puedes volver a ubicarte. Incluso en la incertidumbre, porque en el mapa puedes buscar nuevas formas de certeza.
El mapa actúa de brújula
A veces, cuando nos encontramos perdidos, rechazamos seguir nuestro propio mapa, incluso cuando nos ayudan a dibujarlo. Esto sucede porque nos recuerda que cometimos un error. Estábamos equivocados.
Sin embargo, sin nuestro propio mapa, no solo estamos equivocados, sino perdidos.
Pero espera, ese mapa no te va a llevar al sitio que deseas así sin más, sino que te dará un sentido de orientación.
Cuando nos toca lidiar con lo imprevisto, con la sorpresa, con lo desconocido, es difícil admitir que podría no existir un mapa. En esos casos, la brújula es esencial, porque como la misión, sobresale del resto. Es una forma de recordarte cuál es la dirección a navegar, incluso si es la más inhóspita y desafiante.
El mapa , El Viaje, y nuevas rutas
Hoy, dibujando mi propio mapa, viajo a Malta, un destino que no estaba en el mapa. Estaré una semana y marcharé a Ibiza a bailar con mi gran compañero Josef – y algunos otros miembros de la Bullu como Christian, Diego, Víctor, Daniel y Defe – en el opening de mi familia de elrow en Amnesia y Solomun en Pachá. Lunes descanso y martes a Madrid, a participar en el coloquio sobre deporte y emprendimiento que AFE y UNIR organizan. Al día siguiente partiré para Buenos Aires, a empezar otra nueva etapa de «El Viaje” (alrededor del mundo) por Argentina y Uruguay.
Trabajar, crear, desarrollar, diseñar o inventar mientras estás en continuo movimiento no es la mejor forma de solidificar el resultado. Al igual que vivir sin un mapa, saltando de incertidumbre al desconcierto – y viceversa, es algo bastante incómodo. No obstante, ese es el corazón de lo que significa estar vivos hoy, una vida sin garantías, una vida donde los riesgos son altamente exagerados y donde la banalidad de la vida sin audacia resulta completamente minúscula.
El mapa que ves no es el mapa que sigues y el que sigues no es el que dibujas. Y el que dibujas no te da ninguna garantía de que llegues a salvo al destino. Aún así, no hay forma mejor de vivir.
Pd. Interesados en organizar algún evento en Argentina o Uruguay mientras paso por ambos países, por favor, contactar con Lola y conmigo aquí.