Frecuentemente, el trabajo que realizamos cuando utilizamos social media, guarda una similitud paralizante al de relucir un cristal, nunca se queda completamente limpio, siempre hay una pasada más por dar, siempre, nunca acaba. Es cierto, siempre hay un nuevo comentario que hacer, un nuevo tweet que enviar, una nueva foto que subir o un nuevo contacto al que atender o una nueva herramienta que usar.
Y aquí viene la disonancia, enviar más tweets, usar más herramientas, responder más comentarios o mostrar más fotos, nada de eso va a lograr que tu negocio esté listo para lanzar, tu idea sea conceptualizada, el trabajo decisivo esté bajo control o que los entrenamientos que realizas tengan más intensidad.
El efecto que produce el trabajo interminable de relucir social media es que en lugar de alcanzar un mayor brillo, lo que obtienes es una capa de suciedad todavía más profunda.
Photo credit: Gonzalo Malpartida.
Cuando un trabajo está bien hecho reluce por si solo. El pasearlo por las redes sociales no hace más que arrastrarlo con el deterioro que eso produce…