Este es el trato, cada vez que realizas una campaña de email marketing a gente que no conoces, no pertenecen a tu base de contactos o no han accedido a entregarte su información para que llegues a ellos, considéralo SPAM.

Esto tiene una explicación bastante elocuente, tú, tu marketing o tu negocio o tu idea o tu blog, no han ganado la atención de todos esos grupos de personas, por lo tanto no tienes su permiso ni aprobación para hacerlo.

Un ejemplo interesante y esclarecedor es la imagen que este post lleva adjunta, el otro día recibía en mi bandeja de entrada este correo. Realmente no conozco a Daniela León, no creo que pueda votarla para presidenta del Senado y tampoco, por lo menos en esta vida, vivo ni he vivido en Rosario (Argentina). Las razones por las cuales he recibido este correo son toda una incógnita, me tienen completamente intrigado.

¿Cómo ganar su atención?

Primero identifica a quien te diriges, luego haz algo realmente excepcional con tu trabajo para atraerlos, usualmente tiene que ver con historias que les preocupan y les interesan, cuestiones que no les dejan dormir, trucos para impulsar sus negocios, o prácticas para hacerlos crecer y quizá vender más o usar el producto de manera óptima. Tiene que ver con servir a tu gente, sí, personas con nombres y apellidos, proporcionarles utilidad individualizada. Entonces quizás – si resultas relevante y aportas valor – habrás ganado su permiso (o mejor dicho, la posibilidad de contactarles). A partir de ahí, pregúntate como conectar de manera que puedas vincular con ellos. Por favor, obvia la parte; mandar el email marketing de empresa vendiendo tus productos y hablando de lo bueno que eres, bla bla, bla.

Adquiere el hábito de ganar la atención de la gente que está dispuesta a escucharte, para entonces practicar el arte de llegar a tus clientes cuando realmente puedas serles útil.