Lo admito. Estoy obsesionado con la chispa. Estoy obsesionado por una razón. Estoy viviendo como si este año fuera el último de mi vida. Ayer finalicé Live the Possibility [vive la posibilidad] y hoy estoy cruzando Nevada con mi amigo Jaime, en caravana, camino a Burning Man.
La gran distancia entre hacer y la chispa
He estado trabajando durante muchos años, haciendo muchas cosas, algunas han salido bien, otras muchas salieron mal, en ocasiones empaté. Estos tres últimos años, fuera de mi profesión, empecé con la Ultraproductividad. Empecé a darle más importancia a mi estilo de vida y con ello (gracias en parte a Ric) descubrí eso del alto rendimiento [High Performance]. Fui más consciente con mis aventuras, experiencias vitales y experimentos. Aquellos de vosotros que veis lo que hago en Instagram, sabéis de lo que hablo.
Hoy, después de terminar un viaje / aventura que empezó en Miami y ha terminado en Las Vegas. Con más de 3.700 millas de viaje en coche, recorrer 9 estados, 35 ciudades, seguir la Ruta 66 desde Missouri hasta el límite de Arizona con California. Sumar más de 980 kilómetros con una Ajram Bikes (fat bike) en más de 60 horas. Una bonita soledad, paz, instinto, disfrute y momentos imborrables que guardo para mí. Después de todo eso, esto es algo de lo que me llevo y he aprendido y sí compartiré (un 5% de lo vivido).
No sigas un plan, no existe un mapa
Obvio ¿cierto? Esto es algo que ha ido fallando poco a poco en este último año. Cuando pienso en ello, me doy cuenta de que no me di cuenta de que eso estaba sucediendo y se supone que soy un Mapmaker y vivo sin mapas, paradójico.
En el momento que te enamoras de un plan (incluso aunque sea uno perfecto) fallas, el plan cambia y en la mayoría de ocasiones, no quieres cambiar con el plan, quieres seguir con la idea inicial. No hay idea inicial que no sea modificada durante el viaje. Cuando eres admirador de la planificación flexible, cuando persigues una misión, una visión y un objetivo, las mejoras son inminentes. Cuando creas un plan (trabajo, clientes o estilo de vida) en el cual los indicadores son la misión y el objetivo, progresas.
Hazlo (trabajo, respirar, amar, etc.) con la chispa
Hay una enorme diferencia entre hacer las cosas y hacer las cosas con pasión. Entre amar y amar con intensidad. Entre vivir y vivir con la chispa. Magnificando el nivel de esfuerzo, intensidad y fluidez que depositas en las cosas, empujas tus barreras mentales – las situaciones no convencionales, el cambio brusco y los desafíos o aventuras ayudan. Eso consigue que tus habilidades emocionales e intelectuales puedan ser amplificadas para obtener resultados más profundos. Eso es la chispa.
Busca la chispa
Hasta que lo hagas. Mejor, hasta que estés ahí, en un lugar donde no hay un plan, un mapa o alguien que te diga lo que hacer, hasta que no te digas a ti mismo “es lo que siento y voy a hacerlo, no importa lo que suceda luego”. Hasta que te dejes llevar a hacer cosas, quizá estúpidas, sin sentido, o llenas de significado, actos aleatorios irracionales. Mira, hasta que no hagas caso a tu intuición. Hasta que no sigas tu instinto. Nunca lo sabrás. No encontrarás la chispa.
No lo habrás sentido. Una vez que lo hagas, aunque sea una vez, sabrás que se siente, lo harás de nuevo. Y repetirás. Habrás encontrado la chispa.
Ni lo sueñes
Alguien te dirá que no lo puedes hacer, alguien más perspicaz te dirá porqué no lo puedes hacer. Alguna persona me dirá que no puedo hacer lo que hago, que el exceso no es bueno, que no puedo hacer tantas cosas. Alguien te dirá que lo que haces te pasará factura o no es bueno para tu salud.
Te dirán que trabajas demasiado, que mereces un descanso. O dirán que no trabajas demasiado, trabaja más. La palabra “mereces” viniendo de otros significa algo así como “no estoy haciendo tanto como tu lo estás haciendo”. Es tu mapa. Dibújalo de la manera que lo desees mientras puedas permanecer en pie y respirando.
Salta de cuerda en cuerda
Si me preguntaras la semana pasada sobre Live the Possibility, te hubiera dicho que solo estaba preocupado por el mismo momento, por eso desconecté de todo y todos durante esos 23 días. Si hoy me preguntas, te diré que estoy disfrutando lo que he vivido y me lo voy a guardar y llevar conmigo para que florezca.
No pares. No pienses “ok, lo hice, bien, ya está”. Disfrútalo y utilízalo, descansa y ve a por algo que te emocione. Ve a por ello. Ahora.
Encuentra la chispa, y no la sueltes.