He llegado aquí para darme cuenta de que ya estaba aquí.
Estoy aquí para pensar como pienso, actuar como actúo, comportarme como me comporto e incluso reaccionar como reacciono.
Vengo aquí para irme de aquí.
Estoy en este lugar para entrenar la tranquilidad de mente y ensalzar el corazón.
He llegado a este momento, a esta situación, con estas personas, en este estado, con todo lo que he conseguido, para dejarlo marchar.
Estoy aquí para estar y ser.
He recorrido todo este camino para haber disfrutado del recorrido.
Estoy aquí porque he hecho que las cosas sucedieran.
Estoy aquí porque no podría haber sido de otra manera, no había ninguna otra alternativa.
He alcanzado esta meta para saber que no había meta alguna.
Estoy aquí para haber llegado justamente aquí.
He venido a esta vida a hacer lo que estoy haciendo ahora mismo.
He trabajado tanto para disfrutar de La Gran Victoria.
He vivido tanto como para llegar a los 108 años de vida.
Estoy aquí no sabiendo que sé, que soy y qué va a pasar.
He conocido a todas las mujeres de mi vida para poder ser el hombre increíble que me considero – y me remito solo a los hechos.
He viajado tanto para acumular momentos infinitos que se desvanecen uno detrás del otro.
He hecho tanto para entonces dejar de hacer.
He conseguido experimentar tanto que he visto más de lo que imaginaba.
Estoy aquí para esto, no sé muy bien como etiquetarlo, pero me parece lo más sublime que he encontrado. Este paso que estoy dando ahora mismo, esta palabra que sale desde el hipotálamo hasta el impulso que la escribe en esta sacudida que ahora tú lees.
Estoy aquí para tenerlo todo y abandonarlo todo, para no intervenir en el orden natural de las cosas, y para hacer lo opuesto si a caso es necesario, para lo que sea, estoy aquí.
Este es mi centro.