Todo lo que haces tiene que ver con la formación de hábitos, y eso incluye quedarte 20 minutos más en la cama, sentarte en el sofá, ver series por 5 horas cada fin de semana, quejarte porque la vida no te ha dado lo que te mereces. Eso incluye comer azúcar cada mañana, dejar el deporte para mañana o estar enganchado al whatsapp hasta que cierras los ojos para dormir.
Todo esto y más que me dejo contribuye a la formación de hábitos.
Aunque, ¿sabes que significa también la formación de hábitos?
La disciplina.
Fijar la alarma a las 5am y levantarte para lanzarte a por un nuevo día.
Salir a mojarte cuando llueve porque llover forma parte de lo que la vida representa.
Entrenar cuando hace demasiado calor, porque tu compromiso contigo mismo es eso, entrenar.
Ir al gimnasio hoy que es domingo, porque sabes que a largo plazo es beneficioso.
Alimentarte de lo que sabes que es apropiado para desarrollar tus funciones más óptimas.
Responder “genial” cuando parece que algo va muy bien, o cuando algo parece que va muy mal.
Inhalar profundamente y espirar todavía más profundo y lento cuando caminas, comes, escuchas, hablas o descansas.
Dejar la conversación sobre “yo” a un lado e interesarte por lo que “tú” y “nosotros”podría significar.
Todo esto y una lista interminable corresponde también a la formación de hábitos.
Recomiendo (sin que me preguntes) que intercambies la formación de hábitos mediocres por la de los hábitos de la disciplina.
Céntrate en ti, deja a los otros a un lado, a tus ídolos, a blogs como este, a tu familia, amigos, no te dejes influir por esa clase de hábitos que tanto te debilitan. Encuentra y practica los superhábitos (los hábitos que suponen una ventaja diferencial en tu vida) que podrían elevar tu vida donde te mereces, ¿cómo? Solo sigue el camino de la disciplina, el camino que te lleva a optimizar todas tus funciones para estar en plenas facultades físicas, emocionales, espirituales y mentales.
Cualquier otro camino te hará perder.
* Atribución imagen: Filip Deblaere.