Cuatro aprendizajes personales decisivos

Ayer hice un alto en Stand OUT Program Alicante para cerrar Pro Marketing Day en Madrid, fue ultra-intenso para mí. Llegué a las 17:59h, empezaba a las 18h. Acabé a las 18:53h, el tren de vuelta salía a las 19:20h. A las 19:13h nos detuvimos en un pequeño atasco a 500 metros, salí del Cabify y empecé a correr. Esto puede ser algo normal, lo entiendo. Sin embargo, encontré algo que hizo mi día y quizá mi semana, cuando eché a correr me pillé a mi mismo sonriendo, excitando, alegre. Cero preocupaciones o angustia. Júbilo. Era como si hubiera estado esperando ese momento. Vas a pensar que es un una tontería, pero para mí, eso son los momentos que hacen que ame la vida que he creado para mí. Es un detalle sin importancia, lo sé, justo por eso. Forma parte del resultado de mis aprendizajes personales.

Los aprendizajes personales más críticos

aprendizajes personales isra garcia

Pensando en ello con una sonrisa y de vuelta a Alicante (llegué con 4 minutos de sobra), reflexiono sobre lo más decisivo que he ido aprendiendo en el año anterior, 2016. Aquello que ha supuesto un punto de inflexión en mí.

Adiós, todo

He aprendido a dejar marchar las cosas. A no quedar prendido de un resultado que posiblemente no me pertenezca. Antes, no aceptaba que algo (persona, situación, objeto, oportunidad, negocio…) podría no ser para mí, lo perseguía hasta la extenuación. En algunas ocasiones acababa consiguiéndolo, pero el desgaste era máximo. En otras muchas, quedaba enganchado al sabor amargo de no conseguirlo. Pensaba que no había trabajado lo suficiente, había hecho algo mal o era mi culpa. Un día entendí, que simplemente hay cosas que pasan por tu vida / profesión. Unas se quedan, otras se van. El objetivo entonces sería sacar todo el partido que pudiera y decir adiós con satisfacción. Ahora vivo con la certeza que las cosas tienen más encanto cuando duran poco o incluso cuando no suceden. La no-acción que Lao Tzu defiende. Este ha sido uno de esos aprendizajes personales que no esperarías.

Aceptación radical

Esto no es del todo cierto, no es aceptación radical. Si estoy en el camino de la aceptación (una muestra es el aprendizaje de arriba. pero más externo), ahora quiero andar ese tipo de aceptación, radical. En este 2016 empecé a aprender a aceptarme de una manera que no conocía antes. Destapar en mí todas esas “taras” que me desgarran, comprenderlas y aceptarlas. Empezando por mi familia, amigos y colegas y acabando por mí.

Acepto mis debilidades y defectos, mis sesgos y mis inseguridades o frustraciones. Eso me permite empezar a comprenderlos, para luego ver que puedo trabajar y que debo dejar como está. He entendido que no debo hacer las cosas que me parecen bien, sino las que siento que deben fluir. La aceptación también va hacia el exterior, acepto a la gente como ese y no trato de cambiarla, sino de quererla por lo que es y cómo es. Hacer esto ha hecho que desaparezcan muchas de mis ansiedades y problemas con personas que quiero.

He encontrado mi propulsor

Este es quizás el más importante de todos. En 2016 reencontré mi chispa y con esto, un poco después, cuál es mi propulsor, aquello que más me llena de vida.

El juego, amo el juego. Acción; mancharme las manos, trabajar en lo que podría no funcionar. Esforzarme por profundizar sobre lo que no sé hacer. Intentar diferente. Crear proyectos y negocios. Rediseñar mi vida cada día. Reinventarme sin parar demasiado. Construir cualquier cosa que me haga sentir orgulloso. Fallar útilmente, tanto como sea necesario. Lanzar y materializar ideas con la mayor eficiencia posible. Acometer contra las expectativas. Vivir cambiando todo lo que me importa. Hacer que las cosas sucedan. Ser absurdo. Experimentar con cualquier cosa que me provoque. Incomodarme a mí mismo. Recompensarme el triple de lo que me castigo. Respirar despierto, sentir consciente, vivir con urgencia pero con serenidad. Obsesionarme con las cosas que amo. Buscar nuevas preguntas afiladas que formular.

Ahora, gracias a esto, disfruto y celebro casi todo lo que vivo. Incluso hasta de los carrerones por medio de las estaciones de trenes.

Sé encontrarme y despertarme

Precediendo al aprendizaje anterior, he aprendido a encontrarme si me pierdo. No solo encontrarme, sino además encontrar algo nuevo cada vez y despertar partes de mí que estaban dormidas. Esto, a grandes rasgos. Es más profundo. Me di cuenta que la ultraproductividad me ha dado la oportunidad de replantear mi vida. Ahora estoy obsesionado con el alto rendimiento físico, emocional, espiritual e intelectual. Trabajo en ello cada día, desde hace más de un año. Sé cómo producir la energía que necesito para conseguir cualquier cosa que me proponga. También sé de dónde sacar más cuando no queda nada. Sé qué hacer cuando no sé la respuesta, sé que está dentro de mí.

Fruto de un todo

Estos son los cuatro aprendizajes personales que me llevo del año pasado y más allá. Son cuatro con bastante recorrido, no son fruto de un solo año, creo que vienen de un trabajo consciente y otro inconsciente que se remonta a años atrás. He escrito esto un ahora y no a principios de año, porque estaba seguro que un día fluirá desde el alma, sin la necesidad de forzarlo. Todo acompañaría, ese día fue hoy.

La vida es un extra

El jueves me preguntaban cómo me sentía, mi respuesta fue “bendecido”. Tengo ambiciones, quiero hacer más cosas, tengo más objetivos que cumplir, claro. Sin embargo, no pretendo obtener más de lo que obtengo ahora. Es suficiente, es lo que me llena. Hacer lo que hago desde ya hace unos años, tomándome lo que venga como un extra.

Una última cosa, sigo sintiendo mi ego. Sigo teniendo ataque de irracionalidad. Perdiendo los papeles. Sigo cometiendo estupideces. Haciendo cosas incomprensibles e impropias de mí (eso parece). Incluso sigo fallando como siempre y tropezando con las mismas piedras. Mejor no significa perfecto y nunca lo significará, por lo menos en mi caso.

El viaje continúa. Los aprendizajes personales también.

Photo credit: Looker Media.

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4 comentarios

  1. Parecen conceptos opuestos el luchar hasta alcanzar lo que se quiere, o, aceptar que hay cosas que sencillamente no ocurren por mucho que se intente. Sin embargo, tal como cuentas un dia nos damos cuenta, que lo interesante es saber que cuando quieres algo has de ir por eso con todo tu ser y con toda tu ilusion, y que cuando no obstante (en ocasiones) se escapa, lo suyo es dejarlo ir, y ver por el x que paso por tu vida (lo q nos enseña digamos). Lo simple y dificil, es encontrar ese equilibrio. Se dice por ahí que….lo que es para uno esta haciendo mucha fuerza por llegar y alcanzarnos (ideas personas etc etc…) y lo que se ha de ir esta luchando por desaparecer. Fluir, quizas. 🙂

  2. Qué alegría que llegaras a tiempo. Qué alegría contar contigo en el evento. Qué alegría que impactes de esa manera. Qué alegría escuchar a algunos asistentes al final decirme que habían descubierto a Isra García. Qué alegría que disfrutaras el reto y el trajín. GRACIAS. GRACIAS.

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