Esta educación lo está arruinando todo

Busca la respuesta más larga, elaborada, memorizada y superficial posible. Dame algo normal, en la media. No preguntes demasiado, no cuestiones, no desafíes. Valoramos la obediencia, no la insolencia. Premiamos la perfección, no la vulnerabilidad. Trabajamos en lo superfluo, no en el ser. Esto, a grandes rasgos, es la educación que ahora mismo estamos viviendo. A casi todos los niveles.

Los matices se desperdician en el sistema educativo. Hay mejores cosas que hacer que sumergirnos en los “quizás”, “podríamos” y los “posibles”. Cosas como salir del edificio y volver a la vida intensa.

Como adultos, sabemos que es esos matices quedan en tierra de nadie, donde precisamente sucede el éxito. Es como el júbilo de hacer las cosas que importan.

Sé cómo el resto

la educación no funciona

La educación tradicional recompensa la distracción, el convencionalismo, las comparativas y la extensa mediocridad. Lo hace con un fuerte enfoque en “lo suficientemente bueno”. Una nota sobresaliente, un «10» o un “A” (o para algunos un «8» o un “B”) significa que hiciste lo que debías y lo que se requería de ti. Hiciste lo suficiente. Genial, ahora, pasa al siguiente objetivo.

La educación empuja fuerte para no profundizar en las preguntas y cuestiones más internas, personales y delicadas. Coloca el punto de dolor en nosotros mismos por no estar haciendo lo que hace todo el mundo. Si hacemos lo que hace el resto en aquello que no amamos, somos unos perdedores. Eso en lugar de equiparnos mejor en las cosas que nos gustan hacer.

Cuestionar, preguntar y rumiar es mucho más efectivo que divagar o merodear.

Necesitas generosidad

Espera, si además estás acostumbrado a vivir puntuado entre una curva, ayudar a otros compañeros a ser mejores es algo estupido. Eso solo significa más trabajo y presión sobre ti mismo.

Lo que los adultos descubren más tarde, es que las personas con las que compartían clase y materias, no eran su competencia y no lo serán. Ojalá lo aprendiéramos antes. De esa forma podríamos ser más generosos, útiles y valiosos los unos con los otros. Todos somos personas que en algún momento nos quedamos atrás porque hay algo en lo que no nos sentimos apasionados. Y adivina qué, no puedes ser apasionado en materias impuestas fuera de tu talento.

Huye de la brillantez

Y este el fallo más grande de todos. La educación, infantil, obligatoria, secundaria y universitaria, ah, y adulta, es un desperdicio (como el 95% de los cursos). ¿Por qué? Porque es fácil mantener tus promesas para no involucrarte en un aprendizaje organizado jamás. Hay personas a tu alrededor que no han leído un libro desde que tenían 22 años, personas que no han participado en un webinar, sin coste o de coste elevado. Personas que no buscan exponerse a nuevas ideas. Porque requiere trabajo. Porque atemoriza. Y porque no es algo seguro ni fácil.

La educación es algo personal

Por favor no dudes. Encuentra algo que importe y apréndelo. Actúa conscientemente en entornos creados para ese aprendizaje que importa.

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Atribución imagen: Washintong State House Republicans.

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2 comentarios

  1. Me ha gustado mucho como has tratado el tema de la educación. Es una realidad que los padres vemos a diario, tan sólo se potencia la mediocridad y el no preguntarse ni cuestionarse nada. Aprender ha de ser responsabilidad de cada uno, el sistema educativo tendría que enseñar a aprender y a ser.

  2. De cada uno y de todos Carmen. Empezando por el individual, siguiendo por la familia y terminando por el sistema educativo, profesores y demás formadores. Hay una carencia muy profunda.

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