Cuando somos niños nos enseñan que la Navidad significa dar.
Pero hay algo más que no nos enseñan. No es sobre ser generosos solo con aquellos que amamos, sino con casi cualquiera. Y no porque queramos reconocimientos o reciprocidad, sino simplemente porque nos importa este mundo.
Desafortunadamente, no hemos recibido todo el mensaje como tocaba. Muchas marcas ni siquiera se preocupan por sus clientes. Y cuando tenemos un momento de autenticidad, enseguida hay alguien para grabarlo y convertirlo en una historia. No hay momentos de generosidad porque al final acabamos transformándolos en transacciones.
No tengo una opinión (aunque la tuviera) de los miles de mensajes de buena fe e intenciones que recibimos estas fechas. Ya sea a través de redes sociales o en nuestra bandeja de correo electrónico. No entro a debatir la fiebre de lo material y el disparate del consumismo. Lo que si voy a hacer es algo al respecto… Elige una causa, algo que pueda hacer bien a otra persona. Toma el día de hoy para planificar qué, cómo y cuándo vas a hacerlo. Mañana, cuando salgas de casa, ayuda a una sola persona que pueda necesitarte.
La navidad no es especial, es normal
Ahora viene la parte más importante. No crees una campaña de marketing alrededor. Olvídate del hashtag, del podcast, el vídeo realizando la buena acción. O el artículo explicando qué aprendiste creando impacto positivo.
Cada vez que organizamos las Navidades, San Valentín, el Día de la Madre o cualquier otro movimiento similar, entorno a una cámara. Lo que conseguiremos es abaratar la experiencia muy por debajo de su coste real.
La acción que propongo es tan rara porque demuestra tres cosas:
- Sé que estás ahí.
- Te valoro, me importas.
- Haz lo mismo por otras personas.
No elijas hacer lo más estético, elige lo más efectivo y cambia-vidas.
Crea momentos que otros nunca olviden.
¿Cómo podrías usar este cuento de la Navidad para crear momentos especiales?
¿Cómo podrías inspirar a los de tu alrededor haciéndoles saber que sabes de lo que son capaces de hacer?
La tentación está en asegurarse de que cada momento mágico queda capturado y compartido en cada plataforma social. Así el mundo sabrá lo generoso que eres. Eso es una farsa hipócrita y narcicista. Aquello único es solo único cuando no es único.
Eso es la Navidad hacer algo especial y generoso, primero cuando no tendrías por qué hacerlo. Y segundo, cuando nadie sabe que lo estás haciendo.
Disfruta practicando este tipo de Navidad.