Da igual que busques el autoliderazgo, si realizas un programa de educación profesional que intenta cambiarte a mejor y falla o no resuena contigo, entonces es un curso de liderazgo malogrado, motivación o autoayuda. (O las lenguas menos informadas lo llaman incluso «coaching». Créetelo)
Si acabas en un programa de educación profesional que consigue impactarte positivamente y cambiarte a mejor. Entonces la etiqueta cambia de curso de liderazgo a un curso que cambia vidas.
Si no funciona es un fraude
No nos gustan los programas de formación profesional que fallan, malgastan nuestro tiempo y dinero. Nos ofenden, creemos que hemos sido embaucados. Estos «cursos» hablan un idioma diferente o nos confunden. Ese tipo de «educación» en liderazgo es una perdición. Nos convencemos.
Por otro lado, un programa de educación profesional que ofrece valor y nos lanza a estar más cerca de nuestras metas, gana un lugar de confianza en nuestro corazón. Entonces lo referenciaremos y lo compartiremos con otros.
Un vendedor que intenta venderte algo y falla, pasa a ser un comercial barato y parlanchín.
En cambio, si lo consigue, si triunfa al venderte, entonces pasa a ser alguien útil.
Un producto que complete tus expectativas y te satisface, resulta que es un producto brillante.
Sin embargo, si el producto falla en su cometido, es un timo. Devuélveme mi dinero.
Autoliderazgo
La diferencia entre las dos categorías no es el intento. Ambas partes están intentando la misma cosa. La diferencia residen en el éxito del resultado. Así que ve, siéntete libre de denigrar los cursos de liderazgo, los comerciales, las teleoperadoras o los taxistas. Solo se honesto contigo mismo, aclara que estás indignado/a con aquellos que no cumplen su objetivo y fallan.
Por cierto, el único liderazgo real es el autoliderazgo. Cualquier otra cosa, está diseñada para llevarte al sitio donde tu puedes liderarte a ti mismo.
Photo credit: Félix Pascual.