Estoy bastante en desacuerdo con lo que la productividad de hoy significa: optimizar el tiempo para ganar más horas al reloj y esas horas invertirlas en trabajar más para producir más resultados. Y así hasta formar una espiral que nunca acaba. Bueno, sí acaba, cuando colapsamos o cuando abandonamos. Creo que atentamos contra lo que la productividad significa, vivir mejor, cuando y donde quieras. Estoy tan en contra de ese tipo de productividad que he escrito el manifiesto anti-productividad. Esto es lo que creo en relación a la productividad. Puedes estar de acuerdo o no, eso ya es otra historia.
El manifiesto anti-productividad
Estas son mis ideas:
- El tiempo libre es tan importante como el más grande los trabajos.
- No reaccionamos a la urgencia que otras personas nos transfieren de forma no intencionada.
- Buscamos formas de modificar («¿hackear?») el tiempo en lugar de tratar de vencerlo.
- No trabajamos por turnos / horas, sino por resultados.
- Medimos la calidad de nuestra agenda en base a las responsabilidades profesionales versus responsabilidades personales.
- Sabemos que el éxito está en el estilo de vida no en ser el empleado del mes, o del año.
- Intentamos responder con eficacia a los obstáculos que surgen en el camino.
- Si no está ligado a nuestro propósito / objetivo más prioritario, lo pospondremos.
- Procrastinamos siempre y cuando tenga que ver con el trabajo irrelevante.
- Disfrutamos de no hacer nada de vez en cuando.
- Somos excelentes sin ser perfectos.
- Creamos atajos (sistemas) que nos permiten vivir más tiempo fuera del trabajo.
- No somos productivos, estamos haciendo cosas.
- Invertimos en tareas (personas y profesionales) de alto retorno.
No se necesita mucho más, es lo que tengo en mi mente.
El gran Tony Schwartz ya escribió sobre la anti-productividad mucho antes.
La productividad se centra en optimizar trabajo, la ultraproductividad en vivir la vida.
¿Firmas?
Atribución imagen: PST Fotografía.