Experimento 20 días en silencio – cinco primeros días

menteEn mi mente, esto debía haber salido ayer en este mismo blog, claro, sinceramente, me vi incapaz de escribir el resumen de estos primeros cinco días, ante la abrumadora sensación de frustración y perplejidad que ayer, en el quinto día, sentía siguiendo el experimento de permanecer 20 días en silencio.

En profundidad

Hoy es el día siete, pasada una cuarta parte del recorrido, voy a hacer balance sobre lo sucedido hasta el día de ayer, si has estado siguiendo el experimento a través de mis actualizaciones diarias en InstagramGoogle+, Facebook y Twitter, sabrás más en profundidad cómo se ha desarrollado cada día y conocerás más al detalle todas mis apreciaciones y sensaciones, esta es la forma más directa y personal de hacer un seguimiento exhaustivo al experimento. Si por otro lado no lo has hecho, algo totalmente comprensible, este puede ser un bueno momento para acompañarme en este silencioso viaje.

Voy a contarte todo lo que pienso que es valioso y útil de la forma más estructurada posible.

Apreciaciones y descubrimientos de mi mente

Dignos a destacar:

  • Cuando tratas de silenciar una de las cosas más primitivas que posees, tu mente se revela de maneras inesperadas. En mi caso, esta es la más chocante; pensar que estás rompiendo el silencio solo porque estás pensando. El nivel de conciencia se vuelve tan minucioso que te preguntas si cada vez que piensas no estarás en realidad hablando. Te cuento que solo por sentir esto, ya ha valido la pena todo el experimento.
  •  Las personas con las que interactuo y no saben que estoy realizando el experimento, suelen tratarme como si fuera mudo, lo dan por sentado, no cuestionan, solo asumen. Otras como si tuviera problemas de algún tipo, «madre mía como estamos hoy», «mucha fiesta el fin de semana», «¿alguna enfermedad?. Incluso he visto a personas dispuestas a darme una concesión especial por no poder hablar ¿pena? Evidentemente no sacaré partido de esto.
  • El otro grupo de personas, las que saben de mi experimento, hay de todo, unos chillan más, otros gesticulan desmesuradamente.  Creo que se quedan más fuera de juego incluso. Aunque todos acaban cayendo aquí, permanecen en silencio, la mayoría con los que he interactuado, se sienten incómodos, no saben que decir. Mientras por dentro pienso (y a veces, si tengo la suficiente confianza, escribo) «si esta precisamente es vuestra oportunidad para hablar y para mi de escuchar». Echo de menos a gente que me cuente historias, que me hable sin esperar un retorno, que cuente cosas porque así lo siente, que disfrute hablándome, no porque sienta que yo apareceré con alguna respuesta maravillosa, sino porque le apetece.
  • Es imprescindible estar alerta, es altamente exigente, desde que abres los ojos, desde el minuto uno, en cada momento, todo el rato en atención máximo, estando con gente o sin gente, es agotador y demandante, bajar la guardia no está permitido. En el momento que lo haces, puedes perder y romperlo todo.
  • He aprendido que cada día es como empezar desde cero, esto es frustrante y muy energizante a la vez, no puedes pensar que ya lo tienes dominado, porque en realidad no. A menos de que estés encerrado entre cuatro paredes, la situación cambia, las personas aparece, recibes inputs, creas outputs y esto te lanza a la vulnerabilidad de caer, y cuando pasas por un momento de debilidad o situación crítica, lo notas, tu mente se hace fuerte y te debilita.
  • Desde ayer, el día seis, incluso decidí limitar los sonidos, ruidos, sonrisa o tratar de que me lean los labios, eso es un engañabobos y perjudica mi salud mental de cara a resistir toda la presión, lo cual enlaza con el siguiente descubrimiento.
  • Me estoy dando cuenta de que el esfuerzo psicológico que este experimento me está exigiendo es brutal, demoledor, tanto que ayer durante una o dos horas, me plantee meterme en casa y no salir hasta el día 20. Imagina. Hoy, vuelvo a ganar entereza y te digo que voy a tratar de colocarme en el máximo número de situaciones diferentes para poder calcular todos los prismas de este experimento.
  • Siempre me he considerado un tipo fuerte de mente, determinado, una roca cuando se trata de hacer el trabajo intelectual. Este experimento está destapando en mi fragilidad y sensibilidad mental, toda esa fuerza de la que presumía, se está escapando por la boca.
  • Cuanto más tensión, estrés, concentración, alegría, euforia o sea cual sea la sensación que experimentes y que estimule el cerebro, más fácil será perder el foco sobre anular la capacidad de hablar. A más distracción, más facilidad para que la mente te domine.
  • La mayor conciencia debe venir sobre ti mismo, tú eres tú mayor peligro, hay más posibilidades que rompas el silencio mientras permaneces en silencio tú solo que incluso ante otras personas. Estoy reconociendo que necesito poner todos mis sentidos y concentración en cada micro-instante, en cada interacción con otras personas y conmigo mismo (quizá las más peligrosas).
  • Básicamente, esto es un juego de consciencia, concentración y anticipación donde compites contra tu mente y contra la amígdala, la parte más primitiva de nuestro cerebro.
  • Permanecer inmóvil, impasible y aparentemente frío ahora es más fácil para mí. Sobre todo (esto es de ayer), cuando un niño de tres años te pregunta «¿por qué no me hablas?», hoy mi mundo se derrumbó, a pesar de eso, seguí adelante.
  • Sin hablar, en directo, pierdes comunicación, de eso no hay duda alguna.
  • Aquí, el más mínimo error, perdón insignificante error, descuido, desliz o como quieras llamarlo, te lleva al infierno más infierno, de la gloria pasas a la nada. Esto irremediablemente mejora tu capacidad para perseguir la excelencia y si no lo sabes manejar, también para hundirte en el lodo.

Cuando esto acabe

Te mostraré los resultados y narraré todo día por día. He creado un cuadro de mando en excel para monitorizar ciertos parámetros como actividades, deportes, interacciones (online, offline, fallidas, exitosas), momentos de debilidad, situaciones críticas, llamadas de teléfono, reuniones de trabajo, viajes, complicaciones. Esto me ayudará a tener un mejor seguimiento – tanto cualitativo como cuantitativo – del experimento, para extraer conclusiones y aprendizajes que luego materializaré de alguna manera.

No me había enfrentado a nada igual hasta el día de hoy, y todavía quedan tres cuartas partes de experimento, prometo llevarlo todo lo allá a lo lejos que pueda.

¿Alguna pregunta? ¿Algo que desearías saber y no he cubierto? ¿Algún contexto o situación que debería experimentar?

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3 comentarios

  1. Hace un tiempo leí en un libro de meditación que una de las formas mas rápidas de poder meditar es preguntarte..¿cual será mi próximo pensamiento?, justo en ese momento la mente calla, pues se queda esperando algo que no llega, quedando un silencio tambien mental, se abren los oídos y solo se escucha todo, sin analizar nada. Silenciar no solo las palabras sino también los pensamientos… Lo has vivido ya en estos dias en algun momento..?. Saludos y fuerza! Jorge Marin desde (Caracas Venezuela)

  2. Hola Jorge, no, no lo he vivido, pero lo que dices me parece muy interesante y voy a tratar de practicarlo mañana por la mañana en la meditación y durante el día, te contaré la experiencia. Lo que ahora vivo es una mente todavía más activa porque se siente en peligro.

  3. Hola Jorge, no has pensado
    que en este silencio que esta sumergido puedes experimentar un encuentro
    absoluto con Dios y cuál es el verdadero propósito de este abstinencia?

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