No doy consejos

no doy consejos¿Algo que sí deberías saber de mí? Sí.

Es realmente simple, no doy consejos, no me gusta, no quiero y no me apetece darlos. ¿Quién soy yo para dar un consejo a alguien? ¿Quién eres tú para pedírmelo?

No, no, no

No tengo la solución a tus problemas, porque tus problemas son tus problemas, no los míos. Continuamente, diariamente, siempre, en este blog comparto lo que hago, me ayuda, sirve y proporciona valor y utilidad. Todo ello con la esperanza de que esto pueda impulsarte de alguna manera, sin coste, lo mejor de mí. Aunque esto no significa que de consejos de vida, trabajo, amor, marketing, innovación o negocio. Tampoco leo el Tarot ni la palma de la mano.

Si aconsejo, profesionalmente, a las empresas, organizaciones, instituciones y agencias que contratan mis servicios y pagan una buena cantidad por ello. Profesionalmente, intento solucionar problemas cuando tengo la información, contexto y conocimientos suficientes del individuo o colectivo.

La razón

¿Por qué no doy consejos, no me gusta, no quiero y no me apetece darlos? Podría resumirse en tres aspectos:

1. Vivimos en secciones diferentes, de capítulos diferentes, de historias diferentes, de versiones diferentes. Lo que aplica a ti podría no aplicar para mí. Lo que sirve para mí, podría no servir a otros. Lo que es útil para otros podría no serlo para los demás. Rara vez funciona.

2. Si te doy un consejo, te digo que es lo que tienes que hacer, te doy una clave, te allano el camino, entonces ¿de quien es la responsabilidad del resultado? ¿quién ha triunfado? esto no estaría mal del todo, pero llegamos al lado opuesto ¿y si caes y fallas? ¿a quién le echarás la culpa?

3. Ya tengo bastante con mi vida y trabajo como para decirles a otros los que deberían hacer con los suyos. Si mi vida fuera lineal, aburrida, vacía y de todo menos auténtica, entonces me dedicaría a ir dando consejos.

Cómo lo gestiono

No doy consejos por iMessage, Instagram, LinkedIn o Twitter. Tampoco doy consultorías por email ni por skype. Sí respondo, siempre, trato de aportar algo que funcione, si no puedo añadir algo positivo, lo digo claramente, si no sé la respuesta lo digo sin tapujos. Si pienso que alguien puede darte una mejor respuesta, te envío directamente a esa persona. Si lo que dices no tiene sentido para mí, no respondo. Si es un halago o crítica, digo gracias. Si abusas de la oportunidad de conectar, no responderé. Si intentas aprovecharte de la oportunidad, no responderé. Si buscas un “win-lose”, no responderé. Si envías un mensaje cambia-vidas, no responderé. Si me apetece, no responderé o seguramente sí lo haga. Por otro lado, es posible que pase por algo tu mensaje o ni siquiera lo lea, espero que puedas perdonarme si eso sucede.

No doy consejos, Eso sí, respondo preguntas, siempre, me encanta, puedes formularme las que desees, responderé, creo.

¿Pido consejos? Sí, claro, los solicito a mis diez personas. Y a nadie más. Ellos me conocen, los conozco, conocemos nuestros contextos, historias y personalidades, lo suficiente cómo para atrevernos a pedirnos y dar consejos entre nosotros mismos.

Extra: cuando llegan los consejos no-solicitados, que llegan, los ignoro a toda costa.

Photo credit: Laughlin Elkin.

PARTICIPA EN UN PROGRAMA EVENTO, EXPERIENCIA, TALLERES TRASCENDENTALES DE ISRA.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados

Completa tus datos y un miembro del equipo de isra te contactará

Si estás tú, tu empresa, evento o proyecto, listo para Isra, él lo está para ti. Descubre cómo el arte de Isra puede impactar en tu misión y propósito: como conferencista más de 13 años y más de 400 conferencias, como consultor para más de 70 marcas, como formador en más de 500 sesiones, para liderar retiros disruptivos para líderes y equipos creativos y directivos, o acompañamientos «uno a uno» como ha hecho con más de 7.000 personas.