Es poco común apreciar cosas como estas:
Tender una mano de generosidad al fallar, en lugar de intentar dar una lección sobre cómo se deben hacer las cosas.
Evitar estallar de rabia ante un ataque a tu ego.
Aplacar el ansia de demostrar lo gran profesional que eres a la mínima oportunidad.
Equivocar “soy el número uno en mi trabajo ___________” con “estar haciendo bien las cosas en el campo de _________________”
Evitar caer en las pequeñas trampas.
Esquivar la decepción de las expectativas.
No permitir que emociones externas cambien tu estado de ánimo.
Planificar qué vas a fallar en tu mejor intento y aún así seguir.
Personas que trabajan en su inteligencia, su físico, sus emociones y espíritu, por partes iguales.
Profesionales que siguen a su corazón.
Intentar cosas diferentes durante los próximos 70 días, diferentes a la de los pasados 70 días.
Trabajar más duro en sí mismos que lo que trabajan en su ocupación profesional.
No desear que fuera más fácil, sino desear ser mejor.
Ignorar por completo las tendencias.
Aislarte de cualquier noticia sensacionalista.
Evadir las corrientes religiosas, políticas o deportivas.
Enfocarte solo en las cosas que se tiene la potestad de poder cambiar.
Crear nuevos estándares.
Perseguir la excelencia.
Poco común es el atajo
Poco común no está reservado para unos pocos, solo para los que son lo suficientemente valientes. Lo paradójico reside que estar fuera de lo convencional está al alcance de cualquiera. Justo como las cosas que más merecen la pena.
Decide ser poco común, es tu derecho ser poco común si buscas el riesgo y no la seguridad. Si rechazas ser un ciudadano zombie.
Las personas poco comunes no son distintas a ti, son más como tú, como yo. Solo que deciden adherirse a unas normas, valores, estándares, comportamientos o actuaciones fuera de lo visto regluarlmente.
Atribución imagen: Steve Bennett.