El 1 de junio dejaba Bogotá para volver a España durante 27 días, aunque me da la sensación de que han sido realmente más de 75 días:
- Valencia: Stand OUT Program.
- Barcelona: Stand OUT meets Sónar – Key for suceeding in the disruptive economy + Sónar festival.
- Ibiza: Boda Suli y Josef + nuevo proyecto + desconexión.
- Madrid: Rolling Stones + desconexión.
- Atlanta: conferencia.
- Chicago: conferencia.
Resultados de vivir intensamente
En estos 27 (75) días he vivido de manera sobrecogedora y claro, he fallado y aprendido cosas muy valiosas para mi:
Abandonar: hay que saber abandonar no para ganar después, quizás. Sino para no infectar a otros con la repercusión negativa que pueda producir el efecto de esa decisión.
Liderar: marca un camino, crea una visión, unifícala y no digas a nadie que es lo que tiene que hacer, que cada uno lo adivine por su propia experiencia. Es algo tormentoso y crispante, pero el resultado es sublime.
Para sacar lo mejor que hay dentro de las personas, empieza con aquello que no quieren escuchar o saber y de manera implacable, dura y crispante, pero finaliza con las ventajas y el pinchazo en el culo.
Contundencia: cuanto más contundente eres con el mundo y con las personas, menos malentendidos suscitas y más claras quedan las cosas, pero quizás más te alejas del calor de las personas. Personalmente, me está ayudando genialmente.
Trabajo: trabajar más horas no es trabajar mejor, ni lo opuesto. Eso lo dirá el resultado.
Mediar en conflictos: nunca hacer juicio de la situación sin conocer a fondo las partes que intervienen.
Atención: justamente ver o escuchar lo que otros creen que no llegas a ver o escuchar, te dará una interesante ventaja.
Cinismo y críticas: la misma fuerza que empleas empleas en atacar o defender, inviértelas en ignorarlo.
No: cuanto más lo empleas, más te valoras a ti mismo y más fácil es elegirte y merecerte.
Autenticidad: esto no implica llamar la atención o ser el más “crack” o alma de la fiesta, sino el que consigue que cualquier otro se sienta como el “crack” o alma de la fiesta.
Ser escuchado: hablar menos cuarto más hablan los demás, sé certero y emplea las palabras adecuadas, no gastes demasiadas, se pagan muy caras últimamente.
Fiesta: piensa en cuando salir, nunca cuando entrar.
Perder el control: hay un mili-segundo antes de explotar y enviar tus nervios a Marte que decide si se rompe todo o te vuelves excepcionalmente elegante.
Comunicación: cuanto más neutral es tu comunicación y menos exagerada (o dogmática) y menos llena de eufemismos, más potente te vuelves (tú, tu comunicación y tu marca – si implica)
Deporte: trabajar 130h y dormir una media de 4h durante 9 días y hacer series de carrera y bicicleta no es compatible. El cuerpo compensa siempre cuando no tiene de donde tomar.
Vive rápido, pero vibrantemente.
Photo credit: tartesauce.
2 comentarios
Gracias Isra por el post, Me ha gustado mucho, quizá porque coincido plenamente contigo: Contundencia, no, mediar en conflictos, atención, cinismo y criticas, deporte… Me parecen pautas geniales para establecer una buena filosofía de vida. Añado algo que he leído hoy del gran Mújica «Tener pocas cosas, las mínimas, para poder ser rico. Si tenemos tiempo para lo que realmente nos entusiasma, entonces no somos pobres»
Gracias por llegar hasta aquí Rocío y leer el post. La referencia de Mújica es muy parecida al concepto de «attachment» del budismo, desprendernos de todo, aunque éste último es más radical.