Considera cómo de fácil y útil sería ser mejor:
- Experimentando con nuevas formas de comunicación
- Hablando en público
- Creando una gran presentación
- Negociando con proveedores y clientes
- Desarrollando y ejecutando un plan de marketing
- Conectando con las personas y tocándolas emocionalmente
- Haciendo el amor
- Contribuyendo con nuestro conocimiento y experiencia en ONGs
- Usando la Web Social como motor de cambio
- Utilizando la disrupción para innovar y abrir nuevos caminos
- Perdonando
- Construyendo relaciones con nuestra comunidad
- Aportando nuevas capas de color a la vida
- Contemplando el mundo como los otros lo ven
- Analizando informes y resultados
- Liderando personas
- Desatando el talento de jóvenes generaciones
- Insubordinándote contra el sistema
- Aplicando la inteligencia emocional en las situaciones de conflicto
- Defendiéndote verbalmente
- Luchando contra las injusticias: abuso a menores o violencia de género, por ejemplo
- Creando tu propia marca
- Ayudando a otros a alcanzar la suficiente velocidad como para rebasar sus sueños
- Logrando lo imposible
- Inspirando a través de la experiencia personal y profesional
- Permaneciendo humano
- Lanzando proyectos que aporten valor al mercado
Y aún así… desperdiciamos la oportunidad de ser mejores en algo que podría marcar la diferencia. Cometemos los mismos errores que muchos de los que vinieron antes que nosotros cometieron, e ignoramos el trabajo duro – pero increíblemente útil y fascinante – de ser mejores en las cosas que realmente importan.
No porque no queremos ser mejores. Sino porque tenemos miedo de que sea como nuestra educación, colegio, universidad o trabajo, lo cual nos ha hecho mejores, mejores meramente obedeciendo órdenes y castigándonos hasta que seguimos el mapa que ellos trazan.
Un comentario
«mejores meramente obedeciendo órdenes y castigándonos hasta que seguimos el mapa que ellos trazan.» Fucking true.