Quizás deberías considerar conformarte. Es posible que necesites no hablar cuando quieras hacerlo. Quizá deberías echarte a un lado, quizá deberías Ser uno más, quizá no deberías ser una persona inconformista.
¿Recuerdas cuando alguien te dio una oportunidad de hacer algo grande y tú te conformaste? ¿Te acuerdas del momento en el que te pidieron que fueras tú la persona que cierre el discurso anual de tu empresa y entonces reculaste? ¿Y la vez en la que tuviste en tus manos la posibilidad de cambiar el rumbo estratégico de tu negocio y decidiste no hacerlo por temor a fracasar? ¿O recuerdas la ocasión en la que pudiste sobresalir de ti mismo y te echaste atrás por inseguridad? ¿Y te acuerdas todas las situaciones en las que sabías que debías enfrentarte a ti mismo y al resto y entonces decidiste sentarte y callar? Quizá, después de todo, tiene sentido que te sientes y te escondas.
Si estás haciendo algo que no te gusta, pero tampoco quieres ser visto como alguien problemático. Bueno, pienso que no deberías ser una persona inconformista. A lo mejor estás nervioso, has trabajado duro, tienes todo planificado e interiorizado, pero tu objetivo es no cuestionar, no arriesgas y no ser polémico. No hacer nada peligrosamente memorable. Nada que pueda exponerte lo más mínimo. Vaya, entonces ¿por qué hacerlo o decirlo?
Ser una persona inconformista
Si tu trabajo es actuar como relleno o muñeco de pruebas. Si lo que haces es conformarte con lo de siempre, no arriesgar a lanzar ese negocio que podría no funcionar. O si tu trabajo es solo aparentar, o quizá que el management sepa que existes. Si eso es lo que ocurre, apuesto a que hay mejor formas de hacer las cosas.
Imagina cuanto tiempo malgastas haciendo las cosas que no te benefician. Multiplica eso por cada día de tu vida. Si estás presentando ante 4.000 personas durante cuatro horas y no consigues removerlos primero su mundo por dentro y luego cómo ellos ven el mundo de fuera, permíteme decirte que has malgastado muchas horas de este tiempo tan caro. Esto no es lo que ha pasado trabajando con 16 personas en Valencia, en el programa microMBA de guerrilla Inconformistas que hoy finaliza. Más de 18 horas en 2 días.
Cuando alguien decide ser una persona inconformista, no hay duda de que algo va a cambiar. Algo va a doler, algo va a retumbar, algo va a ser sacudido. Los cimientos temblarán, pero la persona despegará donde sabe que puede llegar.
La conclusión está clara: si todo lo que quieres es hacer lo de siempre, comer en el mismo sitio, llevar la misma vida y pensar o actuar como el resto, entonces es mejor que te sientes y te escondas.
Atribución imagen: Inconformistas Valencia.