Es muy simple obtener lo que deseas, pero no es fácil. Parte de tu compromiso consiste también en hacer el trabajo sucio que no quieres hacer.
Solo así podrás ser todo lo que eres.
Pero no haces ese trabajo sucio, porque estás demasiado ocupado esperando a sentirlo para hacerlo. Por eso nunca lo haces.
Nunca.
Nadie vendrá a empujarte, a decir que dejes de usar el smartphone, que no entres tantas veces a Instagram. No encontrarás a nadie que te diga, «deja la comida basura y el sofá a un lado y empieza a hacer deporte». Nadie vendrá a conseguir por ti ese trabajo que siempre has soñado, ni tampoco vendrán a diseñar tu nuevo producto por ti, a encontrar la oportunidad que mereces o a crear un plan de negocio para ese proyecto que tanto quieres lanzar.
Toda esa responsabilidad depende de ti, está en ti.
Y el peso de esa responsabilidad va a ser cada vez más pesado, porque solo vas a hacer las cosas que sientes que debes hacer ahora mismo o que se perciben como satisfactorias en este exacto momento (corto plazo).
Toma responsabilidad ya
Tienes que entender que tienes que ser tu propio mentor, motivador o entrenador. Tienes que empujarte a ti mismo. Puede sonar cruel, pero es real, porque de lo contrario no harás que tus sueños se hagan realidad.
Cuando haces algo verdaderamente atrevido importante, algo que desestabiliza el statu quo como por ejemplo crear una nueva empresa con un producto que nadie entiende. Dime, ¿quién, a parte de ti mismo, está ahí para apoyarte? Mira, cuando haces algo tan disruptivo, algo que no es lo normal, rompes la armonía que hay a tu alrededor. Eso significa que también rompes el entendimiento con familia, colegas, equipos, socios, amigos, lo cual te deja sin ningún otro recurso más que tú mismo.
Esto no tiene porque ser algo desastroso, solo es algo lógico, tienes que hacer ese trabajo sucio tan necesario, con o sin ayuda.
Porque si no lo haces porque nadie te apoyó, te arrepentirás durante toda tu vida. Y si lo haces, trascenderás la barrera de contentar al mundo antes que darte el privilegio de hacer lo que has venido a hacer.
Tu decides.
Atribución imagen: Miquel Fabré.