No tomes responsabilidad, escóndete

Tomar responsabilidad, algo tan fabuloso como aterrador.

“Nadie me contrata”.

“No encuentro trabajo”.

“No encuentro mi oportunidad”.

“Lo hice lo mejor que supe, no fue suficiente”.

“No es el trabajo de mis sueños”.

“No puedo levantarme de la cama”.

“Seguí el consejo y no funcionó”.

¿De verdad?

Creo que hay un error de significado, es mucho más apropiado decir “el beneficio, y satisfacción y/o riesgo a corto plazo es mucho mejor que cualquier otra cosa, es por eso que elegí lo que elegí”.

La excelencia, la genialidad y el resultado extraordinario que proviene del trabajo que importa, muy a menudo, llegan al decidir cuando nadie decide. Elegir cuando todos piensan que no hay elección. Tomar acción cuando el resto queda paralizado. Lanzarse cuando el vacío es profundo y sin fondo. Todo esto equivale a hacer sacrificios dolorosos, planificar por adelantado y ejecutar, fracasar o seguir tu intuición.

Una pequeña historia sobre tomar responsabilidad

Hoy acaba el Programa de Excelencia para desempleados, el día 13. Cuando empezó, muchos participantes pensaban de esta manera. Estaban coaccionados por defecto, antes de empezar ya se sentían perdedores. El autosabotaje se había instalado en sus vidas. Primero por el alto coste de cambiar a una posición de ataque, con todos los «riesgos» que ello conlleva. Segundo, por la historia que llevan meses o años repitiéndose en sus cabezas, tanto, que esa voz ya es más fuerte que ellos mismos. Tercero porque debido al segundo punto, la mayoría se han creído la historia en sus cabezas y empezaron a vivirla, se rindieron, bajaron las manos. Y cuarto porque debido a las otras razones, dejaron de exponerse, empezaron a jugar seguro dentro de los estándares mediocres que rigen la sociedad y mundo en el que vivimos.

Sin embargo, hoy, ya ninguno compra ese cuento. Solo por que decidieron elegir tomar responsabilidad por sus propios actos. Resultado: subir al siguiente nivel.

tomar responsabilidad

Moraleja: cada vez que piensas que no puedes hacerlo, o no tienes otra opción, o no eres capaz, estás eliminando toda posibilidad de conseguirlo. Además de absolverte de toda responsabilidad. Al mismo tiempo que aniquilas tus sueños y aspiraciones.

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