En el universo hay una gran energía que nunca nadie ha sabido describir. Unos la llaman Dios, otros lo llaman Tao. Algo más allá de nuestra comprensión, algo inalcanzable, ilógico, infinito. Hasta que un día te das cuenta de que esa gran energía está fluyendo dentro de ti.
Tú eres esa energía.
Tú eres eso, llámalo universo, llámalo unidad, llámalo Dios, llámalo todo.
Escapando del día que la oscuridad venza a la luz
De acorde a la filosofía budista el universo es un Tathātā, que significa “talidad” o “afinidad” y que viene a decir que 10.000 funciones son afines entre sí, lo cual explica la realidad o forma en la que son realmente las cosas. Todos somos esa “talidad” esa “afinidad” y todo ello va y viene. Ahora lo ves y ahora no, es parte del yin-yang.
Sin embargo, vivimos bajo una ilusión, pensando que la oscuridad va a ganar a la luz, que la ola va a ser más alta que la cresta, que el yang superará al yin, que el flamenco devorará al león, que la desconexión triunfará sobre la conexión.
Y nosotros nos engañamos a nosotros mismos siendo indulgentes sobre esa ilusión, pensando que la oscuridad ganará sobre todo lo demás, terrible. Por eso estamos temblando constantemente pensando que podría suceder, porque al fin y al cabo ¿no te parece peculiar que todo exista? Porque todo requiere esfuerzo y energía, y sería mucho más fácil no tener nada en absoluto.
Generas lo que obtienes
Por lo tanto piensas… si todo requiere tanto esfuerzo, cada cierto tiempo abandono y vuelvo al sofá, o a las deudas, o a la muerte. Y ese es el lugar opuesto al que querías ir. Entonces nada produce algo y ese algo se convierte en un movimiento, en tracción, en tendencia y eso conduce tu vida. Tal y como no puedes tener espacio sin sólido ni sólido sin espacio.
Un día, cuando te despiertes te darás cuenta de que cuanto más cambia todo más todo es lo mismo. Que tú eres esa inmensa energía, y que no hay nada más que tú, pero ser siempre tú durante toda la eternidad sería algo insufriblemente aburrido. Por eso todo se arregla para que pares de ser tú después de un tiempo y pases a ser alguien diferente.
Porque tú eres eso
Entonces cuando te das cuenta de eso, te llenas de energía y dicha, y de repente logras ver a través de todo el espectro de todas las cosas. Es ahí cuando te das cuenta de que tú eres eso y no puedes ser nada más, hablamos de algo a lo que no puedes ponerle nombre. Un suceso que hace que sueltes todo ese profundo miedo que hay dentro de ti.
Eso no quiere decir que vayas a ser un héroe todos los días, que no te preocupes ocasionalmente, que no te sorprendas cuando alguien te agite o pierdas tus nervios. Lo que significa es que realmente, desde tu alma, podrás ser humano. Resisitirás en los dolores, en las dificultades, en los cambios, en las disrupciones como esta y en cualquier momento que naturalmente van con la existencia humana.
Pero, tendrás que ver todo desde una vista de águila para no tener ninguno de esos tremendos apegos que tanto daño nos hacen. Para poder fluir como el agua, tendrás que ver que toda vida es una magnífica ilusión, una corriente de energía, y que, en esencia, no hay nada de lo que tener miedo, en esencia.
Aunque tendrás miedo de enfermar, de tener un accidente, de que tu hijo sufra. Sí, pero no tendrás miedo del miedo, ese miedo pasará por tu vida como pasa una nube que ves cuando la sobrevuelas en un avión.
Porque tú eres eso y todo fluye por y a través de ti. Y no hay nada en este universo que pueda luchar y vencer contra eso.
Atribución imagen: Math Works.