Parece que el confinamiento tiene los días contados. ¿Qué hacer ahora que estamos a punto de destapar la olla a presión? Entramos en el desconfinamiento, no creo que todavía sea el post COVID-19.
Es difícil ver cómo salimos de esta ¿cierto? Bien, no hay nada de lo que salir, hay que atravesarlo. Estamos en una orilla y tenemos que llegar a la otra parte, por el medio, terreno pantanoso, arenas movedizas, corrientes engañosas e invisibles, rocas con cantos muy afilados y estoy seguro de que algún depredador, pequeño, mediano o grande, gajes del oficio.
Sí, todo eso y más es lo que nos vamos a encontrar, pero no lo olvides que la realidad sigue siendo tener que llegar al otro lado, vas a tener que nadar a través de la adversidad, eso es lo que toca ante el desconfinamiento.
Entrenados para comprar en lugar de enfrentar
Quizá ahora lo ves todavía más complicado, pero al menos eres consciente de lo que te va a tocar. Hemos sido educados con la noción de que una buena forma de lidiar con el estrés emocional es comprar cosas materiales, excepto que ahora no hay mucho que comprar y tu economía está tan resentida que es algo que no te puedes permitir, y si pudieras, sabes que, en esta ocasión, no te va a hacer sentir mejor.
Sobre COVID-19 y su impacto
Por lo que parece, si las personas más sanas entran en contacto con el virus COVID-19, lo que sucederá es que pasarán por un tiempo de malestar, pero con descanso, medicina, probióticos, vitamina C y algo más, seguro se saldrá del atolladero. Si lo contraes y hay alguna complicación, es posible que necesites ayuda médica por síntomas de neumonía o hasta incluso tener que acceder a oxígeno asistido, algo que es poco probable de lo que puedas disponer en casa.
Sin embargo, ante cualquier duda, o tosido, mejor llama a tu médico de cabecera o los medios de salud locales. Hay personas mayores que sobrevivirán aún contrayendo el COVID-19, otras sufrirán y algunas otras no pasarán el desafío. Esto no quita que afecte a otro grupo de edad con la misma severidad. Es incierto, impredecible e indomable, al menos de momento.
Se dice que el 95% de las personas que acaban contagiadas acaban bien, pero eso todavía significa que hay millones de personas que no lo pasarán tan bien. Las probabilidades están de nuestro favor, pero siguen siendo eso, una probabilidad. Hay una tragedia sucediendo a cámara lenta, y eso va a impactar a las personas, negocios, productos y servicios que te importan.
Según puntualiza el doctor Juan Carlos Alonso: «por debajo de los 60 años la probabilidad de enfermar gravemente por COVID-19 es muy baja (<1%) y a medida que subimos de década de edad se dispara (15-20%). Por otro lado solo un 5% de los que ingresan, terminan con complicaciones graves en UCI y muerte. Así que hablaríamos que es el 95% los que terminan bien.
Y también que aquellas personas más jóvenes con cuadro graves de COVID-19 suelen tener mayoritariamente enfermedades crónicas asociadas que las hacen más vulnerables«.
Hoy es incierto, mañana todavía más
Hay algo más que claro, no sabemos cómo nos van a afectar las medidas de seguridad e higiene, a nosotros, a nuestros trabajos, a clientes, proveedores o anónimos. Tampoco que nuevos cambios vendrán, porque seguro vendrán. Y más preocupante, no sabemos cómo vamos a reaccionar a toda esta disrupción que ha ocurrido mientras estábamos en nuestras casas.
Hay una palabra que viene a mi mente cuando pienso en qué hacer y cómo hacerlo y es Ataraxia, una palabra de origen griego, muy usada por los estoicos, que significa, tranquilidad de mente sobre los acontecimientos que la vida nos presenta.
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Atribución imagen: EuroNews.
