Reacción.
Abandónala. Abandona los actos de «esperaré a ver si mi jefe ve el gran trabajo que estoy haciendo y entonces decide promocionarme», «seguro que si actualizo mi perfil de LinkedIn y lo optimizo continuamente, algún headhunter me encontrará para oportunidades sustanciosas», «montaré un negocio cuando no tenga otra salida profesional», «no golpearé al sistema si el sistema no me golpea a mí». Cuando la gente quiere emprender, lanzan muchas iniciativas, ¿Quieres saber cual de ellas funciona mejor? Aquella que disfrutas, dominas y en la que tienes un plan con diferentes fases e hitos, y por supuesto, mantienes y cumples.
Deja de reaccionar a las collejas que el statu quo te propina. Deja de esperar a que algo nuevo y sorprendente te suceda. Deja de buscar la respuesta en los libros o en los sistemas de otros. Empieza (o sigue) haciendo aquello que produzca un input, algo que ya estés intentando conseguir y te permita crecer.
Anticípate a la sorpresa buscando en tus deseos y necesidades, a través de las áreas que te interesan y tratas de desarrollar. Permite que nada reactivo entre en tu plan de desarrollo diario, más bien lo contrario, busca la acción desmedida.
Photo credit: Martin Fisch.