Sin apenas darnos cuenta, la sociedad en la que vivimos separa el aprender del hacer. Lo veo en cada uno de los últimos 20 talleres que he realizado en los últimos 20 días, en las 25 ciudades por las que he pasado con el Programa de Excelencia el 2019-2020. También en el método Ultraproductividad que lidero, y en los presenciales que he llevado a cabo. Lo que ha sucedido ha sido, que hemos decidido que en algún momento, en alguna parte del camino, aprender interfiriera con el hacer.
Una educación inconexa
Ve a la universidad y cursa empresariales durante 4 años – aprenderás, en la mayoría de todo ese tiempo, sobre la empresa, no sobre cómo ser emprendedor o empresario o lanzar tu propio proyecto.
Ve y trabaja como desarrollador. Entonces lo que sucederá es que “picarás” código, pero no aprenderás nuevas formas de desarrollar.
Aquello que solemos buscar y etiquetar como “aprendizaje” es más “educación”. Una idea que gira entorno a la conformidad, concursos estúpidos de quién es mejor y la preocupación por no cumplir los requerimientos.
Ser bueno educándote no quiere decir lo mismo que ser bueno aprendiendo, ni tampoco ser bueno haciendo.
Después de todos estos años, he descubierto que la razón por la cual “hacer” no está incorporado en la educación, es que elimina la autoridad de aquellos que buscan sermonear e instruir.
Aprender y hacer está desaprovechado
En España, hay alrededor de 2 millones de estudiantes en la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Ahora en sus casas. La mayoría de todos ellos no hace nada en todo el día más que ir a clase. Ignorantes a la vida real, alejados de lo que significa aplicar y materializar, ajenos a la experimentación y la interacción con las cosas que “aprenden” cada día. El único medio de expresión es un cuaderno, un libro, unos apuntes y unos ejercicios.
Por otro lado, hay millones de personas trabajando. Bueno, ahora muchas menos, y en acabar el COVID 19 veremos. Sin embargo, de todo este grupo, no muchos leen y diseccionan libros. Y todavía menos, dedica tiempo a aprender cómo mejorar sus destrezas, su trabajo, su rendimiento y su productividad – con el objetivo de desarrollarse y llevar una gran vida. Y si lo hacen es por el poder, el dinero y la capacidad adquisitiva, endeudamiento y estatus que viene con todo ello. Muchos consideran esto una distracción, o si somos optimistas, un inconveniente o tiempo perdido.
El reto: eliminar la distancia entre aprender y hacer
Te digo que el vacío real que hay entre aprender y hacer es real y grande. Lleva más de una década para una profesión, y más de dos décadas para una industria, aceptar y aprender un nuevo camino. ¿Cuánto tiempo ha llevado abrazar, de verdad, el entorno online y aceptar el teletrabajo? Y esto ha sido a la fuerza. A los gastroenterólogos les llevó una generación reconocer que lo que causaba úlceras eran las bacterias, entonces cambiaron de enfoque. ¿Qué hay de nuestro sistema de justicia en cuanto a divorcios, sentencias y correcciones?
¿Por qué ocurre esto? Podría ser porque confundimos aprender con educar. Esa educación es un cambio de poder hacia el hacer, así que es mejor que me ponga manos a la obra.
¿Qué sucedería si el aprendizaje va siempre en conjunción con el hacer?
¿Y qué pasaría si profundizamos en lo que hacemos e invertimos tiempo en aprender cómo lo hacemos, por qué lo hacemos y cómo mejorarlo? (Aprender sobre el hacer)
No solemos fijarnos en que una cosa es aprender y otra hacer, en que no son lo mismo y en que nos llevan a dos lugares diferentes si no las combinamos, ahí está el verdadero poder de esa educación tan poderosa.
Vienen curvas para la educación de siempre
La educación (ese sistema de obediencia por el cual todos hemos pasado) está pasando por un cambio masivo, ahora más que nunca. Un movimiento igual de grande que ese que ha ido sacudiendo otras industrias, y ahora el mundo. Porque la confianza, la conexión, la seguridad, el resultado, el miedo y la vulnerabilidad están cambiando el juego.
Por otro lado, está Internet, que si antes ya facilitaba la educación, ahora parece una alternativa más fiable que todo lo de antes. Aun así, habrá mucha resistencia, como es habitual, pero ahora es más necesario, fácil y esencial verlo, ya que miles de iniciativas online ahora está ayudándonos a reemplazar con más eficiencia lo que la educación prometía que nos daría.
Puedes ver esto cada día. Las personas llegan a Imparables en Tiempos de Crisis esperando encontrar acceso de por vida a vídeos secretos. Eso, en lugar de participar activamente y cumplir los, duros pero útiles, compromisos que a diario fijamos.
¿La alternativa eficiente?
Aprendizaje y acción. Uno que abraza el hacer. La acción de dar un paso adelante, de ir más allá, examinar y ser examinado, revisar y ser revisado, evaluar y ser evaluado. El aprendizaje de otros Imparables en sus proyectos relevantes y conexión entre ellos. Aprender y hacer va junto, al mismo tiempo, cada uno produce el otro.
Si quieres hacer marketing, haz marketing. Si quieres aprender a hacer marketing, ayuda mucho que aprendas cómo hacer el marketing que importa.
La misma propiedad simétrica aplica a todo lo que te importa y preocupa.
Y voy a citar a los viejos rockeros “No necesitamos… Educación”
Pero probablemente podríamos beneficiarnos de algún aprendizaje.
Y ahora, en el medio de todo este “hacer”, este “hacer” constante, podríamos beneficiarnos de aprender a hacerlo mejor.
Aprende más, claro que sí, pero haz también más sobre lo que aprendes. Experimenta lo que sabes, prueba si sabes lo que sabes. De lo contrario, ¿cómo sabes que lo sabes funciona?
Atribución imagen: Possibility Change.