Aprendes que solo necesitas a alguien que te empuje lo suficiente como para saltar del precipicio. Es un empujón que llega en el momento adecuado. Ves llegar ese impulso, o aveces, eres tú el que lo das, cuando llega y se da, no hay vuelta atrás.
Aprendes que somos mejores de lo que nunca pensamos que podríamos serlo. Vencer pequeños obstáculos que suceden rápidamente y en orden consecutivo, hace que las personas trasciendan lo que sea.
Aprendes que nosotros somos nuestros mejor enemigo y nuestro más grande y último obstáculo. Ver cómo las personas ignoran sus límites es impactante y alentador.
Aprendes que puedes escalar el cambio y la transformación. Esto sucede porque las personas que ven y aceptan esa transformación, luego son capaces de replicarla en otros.
Aprendes que las personas conectan y empiezan movimientos revolucionarios. Cuando son conscientes del poder que tienen en sus manos, entonces empieza algo importante.
Se aprende que no hay nada ni nadie que a partir de ahora pueda detenerlos. Adquieren ese espíritu imparable y una mentalidad diferente a esa limitadora anterior.
Aprendes a sobresalir tu mismo
Cuando ves a otros sobresalir, y tú estás en el centro o a los lados, aprendes tanto como ellos. Aprendes de ellos, y de ti mismo. Esto es lo que siento cada vez que empiezo y acabo una edición de Stand OUT Program. ¿A qué es debido esto? Sencillo, nadie sobresale si no hay nadie que esté dispuesto a colocarse en la línea de fuego. Cuando eso sucede, te expones, y cuando te expones, sacas a la luz tanto la mejor versión de ti mismo, como la peor.
Eso es lo que experimenté de nuevo en esta pasada edición de Barcelona. Excelencia, sí, pero también mediocridad. Magia, sí, pero también ego. Empatía, sí, pero también desconsideración. Impacto, sí, pero también dudas. Soy consciente, pero a pesar de ello, a pesar de mis carencias, errores y lado oscuro, voy a seguir viviendo en la línea vulnerable, porque es ahí donde ocurre la transformación (interna y externa).