Mi discurso

Voy a contarte algo, mi única intención es dejarte el mensaje de «compra mi discurso», pero si tuviera que hacerlo, posiblemente giraría entorno a estos hitos.

mi discurso

Inglaterra – 2006 / 2008

Manchester:

  • Mi compra en el Lidl; pasta, atún, cereales integrales, leche de soja, pechuga de pavo, lechuga y pepinos. De vez en cuando, una vez al mes compraba unas pechugas de pollo.
  • Trabajaba en el Hotel Princess on Portland, cinco días a la semana de 5am a 9:30h sirviendo desayunos antes de entrar al Language School Centre de la Universidad de Manchester para aprender a hablar Inglés y luego poder asistir a las clases de la universidad. Los otros dos días libres – fin de semana – trabajaba en dos hoteles, Grand Hotel y Great John Streel Hotel, en uno para los «brunch» y en otro para las cenas.

Brighton:

  • Bajaba a la Tasca Española a aliñar la ensalada, no teníamos dinero suficiente para comprar aceite de oliva.
  • Hacía desayuno – comida en casa, ensalada con atún y cereales de manera que ahorraba una comida. La merienda y cena la tomaba en English’s, restaurante donde trabaja como camarero. Nota: aquí empezó mi romance con el champagne.
  • Trabajaba siete días a la semana, turnos de noche mayormente, 12 horas al día para ganar propinas suficientes como para pagar la casa y vivi decentemente.

Alicante y Valencia – 2008 / 2009

  • Trabajaba los jueves, viernes y sábados noche de relaciones públicas en Alicante. Lo hacía obtener el ingreso necesario para vivir en la ciudad y pagar el crédito que pedí para costear el post grado en marketing y comunicación al que asistía todos los días por las mañanas.
  • Al año siguiente, en mi primer trabajo, Picnic Group, ganaba 300€ como becario en Valencia, mientras todos los jueves, viernes y sábados marchaba a Alicante donde cursaba un master en dirección de marketing.
  • Volví a pedir un crédito para costear mi formación, esta vez el triple de grande. Además tenía que pagar 250€ de piso compartido en Valencia, gasolina, comida, vida (poca). Eso, sumado al pago mensual por el crédito (a tres años), me dejaba en una situación poco ventajosa. Opciones:
    • 1. Quedarme como estaba y pedir dinero a mis padres.
    • 2. Quedarme como estaba y no hacer nada, esperar a que las deudas me devoraran.
    • 3. Cambiar de trabajo a otro que me ofreciera más dinero.
    • 4. Sobresalir lo que fuese necesario en mi trabajo actual para pasar de becario a responsable de marketing en menos de dos meses.

Te dejo a ti adivinar la opción por la que opté.

Estados Unidos 2010

  • Mi amigo Oscar tuvo que dejarme dinero para poder irme a estudiar a EE.UU. incluso a pesar de ir becado a hacer un MBA, no poseía los fondos suficientes para poder costearme la vida allí.
  • Dormía una media de 3 horas al día. Estudiaba por las mañanas en la universidad. A partir del mediodía trabajaba en dos proyectos desde España y dos en Estados Unidos, uno con Dr. Chrono y otro con Gary R. Cook. El resto de horas las dedicaba a mi crecimiento personal y profesional.

Valencia en 2011

  • Vivía en un piso de 50m2 con mi hermano y un amigo, salía una vez al mes con 10 euros a beber cinco quintos. Las cenas eran de máximo 15€, si algún sábado podía salir.
  • Las noches se convertían en días y los días en noches. No puedo decirte con exactitud la cantidad de días que me despertaba a las 8am y me acostaba a las 7am del día siguiente. Y no de juerga, te lo aseguro.

Compra mi discurso

Mi discurso. Cuando mis amigos salían y yo no tenía ni para hacerme una cerveza, cuando nadie me contrataba por la razón que fuese. Mis clientes caían porque hacía mal las cosas, cuando estaba desesperado porque nada de lo que hacía parecía funcionar, cuando no sabía qué hacer, ni a donde ir, ni qué decir. Cuando estaba solo y sin recursos. Cuando estaba perdido y asqueado – porque te juro que lo he estado. En todos esos momentos y otros que me dejo, nunca eché la culpa a nadie, nunca maldecí la economía, los políticos o mi mala suerte, nunca solté un lamento, ni me creí ser una víctima de esa sociedad.

En lugar de toda esa mierda que muchos se repiten cada día para quedarse tranquilos, yo opté por otra alternativa, no paré de moverme. Salió mal, bien o me quedé como estaba, claro, pero (y esto es un «pero» importante), nunca dejé de hacer algo.

Este es mi discurso. No pido que lo compres, pero espero que sí cambies el tuyo, deja atrás a la mediocridad, empieza a despegar.

Photo credit: Chema Solís.

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6 comentarios

  1. Tu discurso es un claro ejemplo de superacion y de como luchar por los objetivos marcados. Todo en esta vida cuesta. Pero mi reflexión del otro día iba algo mas allá que al simple discurso. No es cuestión de quejas de políticos o situacion personal de cada uno, hay veces que las personas están al limite y no pueden arriesgarse mas o es ahí cuando no queda otra y deban hacerlo? Un abrazo crack!!

  2. ¡Hola Isra!
    Fenomenal texto. Además lo leo en un momento de los «malos», asqueado, confuso, nada parece funcionar.
    Yo era de los que me quejaba del maldito del sistema. ¿Pero sabes? ¡Cuanto más difícil, más me crezco! Así que…¡Adelante! Sin excusas.

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