El jueves tuvo la conferencia online de despedida sobre La Gran Victoria, 700 personas inscritas y alrededor de 150 personas que participaron durante más de tres horas en una de las exposiciones más especiales de mi vida. Un encuentro que empezó con una pequeña meditación, siguió con la historia sobre cómo he llegado a La Gran Victoria con la mayor honestidad, vulnerabilidad, esencia y autenticidad que supe entregar, y que finalizó con una ronda de “pregúntame lo que quieras”.
Hubo de todo; emoción, diversión, fuego, tranquilidad, incomodidad, sacudidas, paz, agitación, humanidad y expansión.
Fue la conferencia online de despedida que hubiese deseado tener si hubiese creado algún tipo de expectativa. Los que asististeis lo disteis todo y no os movisteis de ahí y como en cada ocasión, esta vez más si cabe, me vacié, lo di todo, lo que me arde por dentro hizo el verdadero trabajo, disfruté abriéndome, yendo a pecho descubierto y compartiendo cómo ha sido este viaje desde el punto cero al un millón y del un millón de nuevo al punto cero. Fue genial explicar lo que he vivido desde recién nacido, el entrenamiento realizado desde entonces y todo lo que ha pasado hasta llegar aquí, así como poder expresar mis sensaciones actuales en retrospectiva. Las preguntas formuladas fueron realmente útiles y valiosas, gracias y enhorabuena. Incluso hubo sorpresas, compromisos, confesiones y regalos.
Si no pudiste asistir pero estabas inscrito, ya habrás recibido un correo para poder acceder a la repetición de la conferencia, grabada para que puedas acceder y vivirla tu también. Si no te inscribiste pero quieres participar y experimentar toda la magia que allí tuvo lugar y acceder a la grabación de esa conferencia, contacta con nosotros aquí.
Si recibes estas sacudidas, si estamos conectados, si sigues aquí, no te pierdas esta conferencia online por favor. Lo que tratamos allí es demasiado importante como para dejarlo pasar así sin más, además, es totalmente gratuita, a coste cero, es un regalo de despedida, solo tienes que registrarte.
Tienes que ir a por las cosas
Acabaré esta, una de las últimas publicaciones con uno de los mensajes más predominantes:
Ve.
Ve a por las cosas.
A por la vida, a por el miedo, a por la desventaja, a por la adversidad, a por la suerte, a por el éxito, la derrota, la alegría, la tristeza.
Para llegar a la plenitud, tienes que ir hasta que veas que ya estás ahí.
Para ser libre tienes que ir para darte cuenta de que ya te has soltado de las cadenas imaginarias que te retenían.
Hay que ir, tomar acción, hacer que las cosas sucedan. Eso nunca cambiará, con la distinción de que si vas lo suficiente, con el paso de los años, llegarás a un lugar donde seguirás lanzándote igual, pero consideras dejar que las cosas pasen por sí solas, porque la inercia que habrás creado creará un mundo entero dentro y fuera de ti. En ese momento desbloquearás el cosmos que hay en tu interior, liberarás todo el potencial con el que un ser humano es dotado.
Pero mientras tanto, hasta llegar ahí, tienes que seguir, continuar, ir, golpear al sistema, accionar, moverte. Sin parar, apenas.
Go.