Quiero que sepas que llevo unas semanas en guerra con el orden de las cosas. Estoy fuera de mi centro, vuelvo, y algo me vuelve a sacar, pero hago el trabajo de volver. Ese centro no es más que el espacio entre la combinación de mi esencia, mi intuición mi sistema de valores con la voluntad de la naturaleza, o logos (como lo conocían los estoicos) el orden divino perfectamente orquestado que lo domina todo. Estoy realizando un entrenamiento titánico, porque me siento realmente incómodo, aprendiendo a cada paso en esta nueva situación en la que pruebo mi propia medicina un día tras otro.
Epicteto decía que «lo esencial es comprender la naturaleza y alinear las intenciones y actos con la forma de ser de las cosas»
Es por eso que me he equipado con estos preceptos estoicos:
Recorro el camino que quiero recorrer, quiero recorrer el camino que estoy recorriendo.
Amo lo que el destino me presenta, el destino me presenta lo que amo.
Recibo con gracia lo que podría parecer un revés de la vida, un infortunio es lo que recibo como un regalo.
Estoy viviendo lo que quiero vivir, quiero vivir lo que estoy viviendo.
El problema es la bendición, la bendición es el problema.
Soy lo que deseo, deseo lo que soy.
Tengo lo que anhelo, anhelo lo que tengo.
Transmito lo que emana de mi centro, lo que emana de mi centro es lo que estoy transmitiendo.
He llegado donde quería llegar, quería llegar donde he llegado.
Si estoy aquí es porque lo merezco, merezco estar donde estoy ahora mismo.
Tengo el miedo que necesito tener, necesito tener este miedo para poder avanzar.
Estoy frustrado por la cosa adecuada, la cosa adecuada me tiene frustrado.
Espero lo que se cruce por mi camino, lo que aparezca de repente es lo que espero.
Necesito sentir esta sensación que me envuelve, esta sensación es justo la que ahora necesito.
Estoy en manos del destino, el destino está en mis manos.
Este es el camino para alinear la voluntad de la naturaleza con la nuestra propia, la única forma de poder vivir con tranquilidad de mente ante lo que la vida nos presente (ataraxia). Esta es la única posibilidad que existe para realmente vivir en paz. Puedes llevar una Vida Estoica o no, no importa tanto.