1. Sé consciente… Posee – y aduéñate – de una visión transformadora.
2. Tómate las cosas con humor, positivismo, relatividad y calma, en especial aquello que es más duro para ti de afrontar. Todo lo que haces se define por la forma en que afrontas lo que te pasa. Tu actitud es el mejor medidor para entender por qué estás logrando o no aquello que te estás proponiendo.
3. Espera no conseguirlo al primer intento y continúa hasta que lo logres. La vida es ensayo y error. Es necesario que persistas y confíes en tu visión hasta el punto de materializarla, sin importar los obstáculos que se te presenten en el camino, y que de seguro te harán crecer y te convertirán en una mejor persona y en un mejor profesional.
4. Planifica que el 80% de las veces no obtendrás el resultado que esperabas. Esto te dará la fuerza para comprender que debes continuar y no perderás la motivación, a pesar de aquello que consideres no tan positivo.
5. Crea un ego saludable que te ayude a trascender los puntos 3 y 4. Para esto, puedes ayudarte de técnicas que te sirvan de la evolución de tu mente y cuerpo.
6. Valora el poder de las relaciones construyendo pequeñas extensiones (auténticas) tuyas.
7. Ámate, cuídate, mímate, desarróllate, poténciate – como sea – sobre todas las cosas.
8. Trabaja a fondo en tus pensamientos. Mantén conversaciones contigo mismo. Medita todos los días. Párate al menos 10 minutos al día. Si eres consciente sobre todo lo que haces, lo que no, lo que te falta, lo que queda, aquello que hay a tu alrededor y cómo todo juega un papel, si logras llegar al final de este punto, llegarás a todo lo que te apetezca dentro de un tiempo.
No es magia negra,es trabajo consciente, es un marketing del cambio interno.
Photo credit: Pat Guiney.