Crea y lanza proyectos y olvida todo lo demás

Para mí el marketing lo cubre todo, porque para mí (como quizá sepas), significa impacto positivo. Este blog, el Inglés, Disrupt Everything podcast, los Chispazos, Instagram, Linkedin, Twitter, y otros medios son herramientas que me ayudan a propagar ese impacto y ese tipo de mercadotecnia. Pero es crear y lanzar un proyecto lo que realmente atesora la parte más importante de todas.

Las etapas de un proyecto son:

  1. Intuir un cambio.
  2. Visualizar el impacto.
  3. Estar atascado.
  4. Divisar un resultado.
  5. Compartir una visión.
  6. Ser rechazado.
  7. Encontrar el lugar.
  8. Construirlo.
  9. Editarlo.
  10. Lanzarlo.
  11. Plantar las semillas.

Sigo enamorado con este proceso, a pesar de haberlo repetido en cientos de ocasiones en estos últimos 13 años.

Crear y lanzar un proyecto

Hay una diferencia abismal entre participar en el proyecto de otro y empezar el tuyo propio. Porque en el núcleo del proyecto está la mentalidad de iniciación e improvisación de un impresario. Es tuyo, de nadie más, es tu responsabilidad, es por eso que es importante que hagas algo con él de lo que te sientas orgulloso, es crítico que cambie las cosas a mejor, porque es tuyo, es tu oportunidad.

Los proyectos y su mundo han ido cambiando con el tiempo. Es más fácil que nunca antes crear y lanzar, gracias a la economía digital. Además, la distribución es más rápida y más barata. Antes necesitábamos permiso, socios, padrinos, un gran capital, el poder de la información de unos pocos, o una plataforma (discográfica, anunciante, televisión, etc.), igual que para correr la voz. Lo cual incurría en unos costes inmensos de tiempo, oportunidad y complejidad. Ahora ya no.

Crear y lanzar un proyecto da vida

Crear y lanzar un proyecto ahora es ridiculamente sencillo, es por eso que podemos emplear más tiempo centrados en que es lo que quiere nuestro público potencial, y no en gustar y complacer a los intermediarios. Ya no hay alguien que diga “ok, te publico”, o “vale, saldrás en el show”, o “sí, serás tú el que aparecerá publicado”.

Para mí, el truco es no representar el cliente, ni el editor, ni el mercante. Sino representar el proyecto, hablar por el proyecto, convertirlo en lo que necesita ser. Durante todos estos años, me he dado cuenta de que cada proyecto se vuelve más íntimo que el que vino antes.

Tu trabajo es tu proyecto

La falta de una puerta de acceso representa un cambio fabuloso. Antes necesitábamos esa especie de permiso. Ahora, es mucho más fácil ir al mercado que necesitamos para encontrar nuestra propia brújula interna, lo que reemplazará la externa sobre la cual solíamos depender.

La lección aquí es que de forma frecuente estamos tan ocupados haciendo nuestro trabajo que olvidamos hacer nuestro trabajo.

Aunque también es posible añadir una promoción (o varias) a tu trabajo. Salir al escenario, presentar un show, o encantar con tu actuación. El objetivo es crear algo urgente, temporal e importante que conecte con público, competidores, colegas y medios.

¿Cuál es tu proyecto? ¿Qué estás creando y lanzando?

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Si estás tú, tu empresa, evento o proyecto, listo para Isra, él lo está para ti. Descubre cómo el arte de Isra puede impactar en tu misión y propósito: como conferencista más de 13 años y más de 400 conferencias, como consultor para más de 70 marcas, como formador en más de 500 sesiones, para liderar retiros disruptivos para líderes y equipos creativos y directivos, o acompañamientos «uno a uno» como ha hecho con más de 7.000 personas.

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